Con una desigualdad tan grande en nuestro país, y con tantos millones de alumnos que no pueden acceder a la virtualidad, capitalizar lo que nos brinda la tecnología es fundamental. Aun así, uno de los reclamos de
muchos docentes durante las clases virtuales es el tema de las cámaras apagadas.
Sin vínculo no hay aprendizaje. Esto significa que yo, como docente, debo conectar emocionalmente con mis alumnos para que ellos puedan aprender.