El tema central de este primer número de la revista Ruta maestra es la tecnología en el aula y sus artículos principales nos invitan a creer que es necesario emprender el camino hacia la transformación del aula, en donde todos esperamos que los procesos de enseñanza y aprendizaje se complementen, optimicen, enriquezcan y evolucionen con el uso de la tecnología. Para lograrlo, los diferentes actores de la comunidad educativa deben acceder a ella, usarla con un carácter educativo, evaluar el impacto de su uso, verificar el alcance de los objetivos propuestos y convertir el aula en un laboratorio que permita observar, registrar la experiencia y presentar posibles soluciones.
Son variados los desafíos que nos sugiere la revista para mejorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje:
- Crear estrategias para que los estudiantes empleen la tecnología para potenciar su aprendizaje y beneficiarse de ella, diferenciándola de aquella que tiene propósitos recreativos o de consumo por la novedad.
- Transformar las instituciones educativas de manera progresiva y con un plan que no incluya solamente la dotación de equipos y de conectividad, sino que promueva la capacitación permanente del docente en el uso y manejo de las soluciones tecnológicas.
- Valerse de las TIC en el aula con el fin de crear modelos de educación que generen satisfacción y no frustración, que integren con pertinencia las prácticas tradicionales y las nuevas tecnologías, que aseguren el aprendizaje y estimulen la participación para crear conocimiento y afianzar las competencias sociales.
- Desconocer las nuevas tecnologías es privar a la educación de posibilidades insospechadas y dejar de lado una excelente oportunidad para innovar y replantear la labor docente. No obstante, es imperativo reflexionar y orientar su uso, de tal forma que se conviertan en verdaderas aliadas de las prácticas pedagógicas. En ese sentido, la tarea de quienes estamos inmersos en el mundo de la educación consistirá́ en trazar las rutas didácticas de las TIC que deben seguir educadores y educandos para alcanzar las metas educativas que se han propuesto.
El artículo TIC y educación: lo que ya aprendimos, los resultados comprobados y las decisiones pendientes, en particular, nos recuerda que existe un segundo tipo de brecha digital verdaderamente importante y es aquella que desfavorece a los docentes y estudiantes que no tienen las competencias necesarias para beneficiarse del uso de las tecnologías por razones de tipo social, económico o cultural. La distancia entre los dos principales actores educativos: estudiantes y docentes, parece no existir para fortuna de quienes somos docentes, sin embargo, nos espanta la idea de que estos dos términos: “nativos digitales” e “inmigrantes digitales”, como algunos los han llamado, nos alejen de nuestros estudiantes, nuestros compañeros de viaje, nuestra razón de ejercer.
En suma, las maneras de enseñar y de aprender serán tan variadas como las instituciones educativas lo imaginen, planeen y pongan en práctica. La buena disposición del equipo directivo y docente para llevar a buen puerto la apuesta de la transformación tecnológica del aula y la capacidad de sostenerse en el esfuerzo serán el gran reto.
