Invitamos a los lectores a desnaturalizar lo que se enseña y (a veces) se aprende en la escuela. Los contenidos, valores y destrezas que hay que aprender son quizás la definición más preciada que hace una sociedad sobre su futuro.
Requiere amplias conversaciones democráticas y consultas a docentes y expertos de diversas disciplinas. Este documento propone una serie de narrativas posibles para alimentar esa conversación. Se postula que hay que redefinir los objetivos y los sentidos de lo que se aprende en las escuelas; hay que imaginar y conceptualizar una escuela donde se aprender no tanto las respuestas de memoria sino la disposición a hacerse preguntas y tener el coraje de buscar las respuestas. El mundo de hoy requiere formar personas muy distintas a las que de otras épocas: hay que formar capacidades para pensar críticamente, tener iniciativa, creatividad y una amplia base ética para enfrentar los dilemas del futuro. Pero tampoco hay que inventarlo todo: los puentes con el pasado son tan importantes como los ejercicios de renovación. El documento introduce nuevas narrativas sobre aquello que vale la pena aprender hoy en las escuelas y construye una serie de preguntas-bisagra para que esto sea posible.