Edición 34Experiencias

La casa, una escuela con aprendizajes situados en y para la vida en la zona rural

La experiencia en referencia se realizó con 28 estudiantes, distribuidos en los grados desde transición hasta quinto, con estrategias pedagógicas sustentadas en el enfoque de Escuela Nueva (multigrado).

El 16 de marzo de 2020, los profesores fuimos citados a la escuela para informar a los estudiantes sobre la situación de la pandemia y la suspensión de las actividades escolares, dado que se debía permanecer en cuarentena obligatoria. Se informó a los niños sobre algo inesperado que pronto pasaría y permanecimos hasta el mediodía comentando lo que ocurría en otros países, así como sobre los esporádicos casos de contagio de personas que llegaban del extranjero. La orden de las directivas provenía del MEN: informar a los estudiantes sobre la situación y la necesidad de quedarse en casa.

En el salón, entre sonrisas, calor y sudor, se les invitó a tomar sus módulos personales de aprendizaje para llevarlos a la casa y se les explicó el tipo de trabajo que se haría con algunas guías. En el aula, por la cantidad de estudiantes y los diferentes grados, no es fácil acompañar a cada uno en sus aprendizajes, de ahí la necesidad de usar como apoyo las cartillas de Escuela Nueva, con las respectivas adaptaciones (sin descuidar los intereses y las propuestas de los niños), dada su descontextualización respecto al territorio.

Durante los meses de la pandenia los papás acompañaron a sus hijos en el desarrollo de las actividades, pero con la prolongación del aislamiento surgió el cansancio del grupo familiar. En las comunicaciones a través de WhatsApp o en las llamadas telefónicas fueron notorias las quejas: “se cansan con tantas tareas y prefieren esperar el regreso a la escuela para aprender”; una madre dice que no sabe ser maestra, que no entiende lo que le piden hacer a su hijo ni su hijo comprende las instrucciones de las guías; padres y madres dicen que “ya olvidaron o no aprendieron lo que las guías piden, que las tareas son muy largas, que hay muchas preguntas para responder, que se cansan de escribir y de leer, y que quieren saber qué puede pasar si no hacen todo lo que ordenan las guías.”

La casa, una escuela con aprendizajes situados en y para la vida en la zona rural

Luego de varias semanas, retomé algunos apuntes de los cursos de la maestría en pedagogía, que cursé en la Universidad Industrial de Santander, y encontré algunos referentes pedagógicos acerca de los retos en la educación contemporánea. Por ejemplo, los propósitos de la pedagogía por proyectos y las experiencias de los docentes que participan en la Red Colombiana para la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje. En esta red se muestra cómo se involucra a los estudiantes en la planeación, la ejecución y la evaluación de los aprendizajes.

Entonces, convoqué a los estudiantes a un conversatorio por medio de WhatsApp, para identificar lo que más les inquietaba. Ellos propusieron de manera libre, y tal vez con el apoyo familiar, temas de interés como las fiestas, el calendario ecológico (día del árbol, de la tierra, de las abejas, las ballenas, de las tortugas, día de la biodiversidad, la situación de la amazonia, el Páramo de Santurbán…), saberes que circulan en el hogar y en el campo con los cultivos, así como la solución de problemas matemáticos relacionados con estos temas.

Entre sonrisas, calor y sudor, se les invitó a tomar sus módulos personales de aprendizaje para llevarlos a la casa

Se les había preguntado a los estudiantes cómo y qué querían hacer, a lo que ellos respondieron: diseñar carteleras, afiches, tarjetas, frisos, dibujar, elaborar figuras con barro, escribir cuentos, coplas, cartas, infografías, sembrar con la familia, salir de paseo… Había, pues, suficientes sugerencias para concertar el trabajo. Frente a los tópicos propuestos, los estudiantes hicieron diferentes composiciones orales (videos, audios) e incursionaron en el arte a partir de material del medio. Se analizaron diferentes tipos de texto: narrativo, instructivo, explicativo, descriptivo y poético, a partir de los escritos de los mismos estudiantes, quienes reescribían según las recomendaciones que se les hacían. Se examinaron ejemplos de planeación a través de la secuencia didáctica con un tópico para todos los grados, y composiciones de los estudiantes.

La casa, una escuela con aprendizajes situados en y para la vida en la zona rural

Algunas experiencias se referían a las hormigas culonas, que se encuentran en vías de extinción en la región y que son el sustento de muchas familias en la temporada de abril y mayo. Al respecto, se consultó en diversos textos sobre el origen y desarrollo de las hormigas culonas; se grabaron videos y se escribieron textos poéticos, explicativos y narrativos para su divulgación, solicitando el respeto por la vida de estos insectos. Los estudiantes escribieron que las hormigas son fumigadas por los dueños de las fincas (porque se comen las hojas de algunas plantas y cortan el pasto para su alimentación). Por su parte, el grupo Guardianes por la vida invitó de manera virtual a un experto en entomología y algunos niños pudieron conectarse al encuentro a través de Meet. Al tratar los temas ambientales se tomaron fotos, se elaboraron carteleras, cartas, frisos, videos y dibujos alusivos a la protección de las hormigas; además, los estudiantes hicieron hincapié en la importancia de que las autoridades contribuyan a la conservación.

La casa, una escuela con aprendizajes situados en y para la vida en la zona rural
La casa, una escuela con aprendizajes situados en y para la vida en la zona rural

De otro lado, con motivo de las celebraciones o fiestas familiares como los cumpleaños, el día del profesor, del alumno y del campesino, los estudiantes elaboraron tarjetas con materiales del entorno y, por medio de un familiar, enviaban estos textos o los fotografiaban para compartirlos por WhatsApp.

La casa, una escuela con aprendizajes situados en y para la vida en la zona rural
La casa, una escuela con aprendizajes situados en y para la vida en la zona rural

En el marco del plan lector, los estudiantes llevaron a casa diferentes libros de literatura de la biblioteca escolar e involucraron a sus familias en el proceso de lectura. Se eligieron dos cuentos para que, en todos los grados, los niños los leyeran y compartieran sus percepciones sobre lo leído. Los cuentos seleccionados, Rapunzel Pulgarcito, fueron leídos en las familias, a las que se les propuso realizar actividades reguladas y que tuvieran un nivel de complejidad acorde con la edad y el grado de los niños.

En todo este proceso se pudo notar que, para el niño, es motivador publicar su escrito después de hacer las respectivas reescrituras.

Un grupo de niños, junto a sus familias, recrearon la historia narrada con títeres; entre ellos se hacían preguntas, se respondían y se hacían recomendaciones. Se elaboró una lista de cotejo para orientarlos y apoyarlos en las diferentes lecturas, teniendo en cuenta los tres niveles: literal, inferencial y critico-intertextual.

Luego, se retomó el plan escritor a partir de la composición de textos acerca de las temáticas propuestas, con la posibilidad de realizar las reescrituras después de ser leídos por algún familiar o la profesora, quienes recomendaban a los niños ajustes y mejoras.

En todo este proceso se pudo notar que, para el niño, es motivador publicar su escrito después de hacer las respectivas reescrituras. Otro ejercicio de escritura fue la construcción de un diario, para lo cual los estudiantes consultaron y leyeron fragmentos de El diario de Ana Frank. Los estudiantes de los grados superiores relataron sus vivencias y aprendizajes, y acompañaron sus escritos con dibujos, en tanto que los más pequeños escribieron cortos mensajes, también animados con ilustraciones.

Como complemento del aprendizaje, los niños participaron en eventos virtuales coordinados por diversas redes, no sin antes obtener información acerca de ellas y adquirir confianza con las mismas. Asimismo, recibimos la invitación para participar en el grupo ambiental Guardianes por la vida. También, se concursó en convocatorias del Ministerio de Cultura y la Secretaría de Educación Departamental y, en una de ellas, dos estudiantes y sus familias obtuvieron el premio El rescate ancestral de las semillas, “El abrazo maicero”, que consistía en un kit de semillas y herramientas. Además, nos vinculamos con un grupo de estudiantes de pedagogía, de la UIS, quienes compartieron audios de diferentes cuentos, narrados de manera jocosa.

En estos procesos de educación remota, la evaluación igualmente entró a jugar un papel muy importante, pues se asumió con un carácter formativo como bien lo recomienda el ministerio1: “Una evaluación adecuada y transparente hace explícitas sus reglas y objetivos en relación con los desempeños que evalúa y permite abordar estrategias para los aprendizajes que se dificultan, teniendo en cuenta los intereses y contextos de cada uno. Es importante que su práctica de aula ofrezca una retroalimentación positiva, que fortalezca la autoestima y empodere a los estudiantes para seguir mejorando”. Así pues, no se aplicaron sanciones, se invitó a retroalimentar a los estudiantes de la mejor manera, se localizó a aquellos que presentaban dificultades y se les atendió por medio del WhatsApp; se inculcó la importancia de recibir las recomendaciones familiares para mejorar; el estudiante completaba una rejilla en donde expresaba sus avances y dificultades. Y era así como nos conectábamos con ellos de manera oportuna, por algunos de los medios propuestos, y conversábamos con el fin de progresar en los aprendizajes previstos.

En algunos casos, los niños proponían cambiar ciertas actividades, principalmente en la composición. Algunos manifestaban no saber lo suficiente pero, como docente, les compartía pantallazos acerca del tema, a manera de información. Por ejemplo, si se hablaba en los medios noticiosos sobre el inicio del fracking en el país, entonces aprovechábamos para identificar las características de los diferentes tipos de texto o proponíamos componer un escrito instructivo sobre el tema. Un estudiante planteaba escribir sobre el cultivo del café, y contó que estaba sembrando una parcela con su abuelo y explicaba cómo lo hacían. Por esto lo felicité, ya que son esta clase de textos los que convencen, aquellos que hablan desde la realidad propia. El propósito era fortalecer en este caso la competencia escritural.

La casa, una escuela con aprendizajes situados en y para la vida en la zona rural

Reflexiones finales:

  • Reconozco la necesidad e importancia de revisar de manera cuidadosa y profunda las experiencias pedagógicas de aula-casa; valoro el hecho de que se puedan construir aprendizajes en y para la vida, observar y escuchar, y permitir a los estudiantes ser parte activa en la planeación de los saberes. Gardner nos propone, desde la enseñanza para la comprensión, la importancia de hacer partícipes a los estudiantes de la planeación y la evaluación de su proceso.
  • Las competencias orales, escriturales y lectoras son fundamentales para el desenvolvimiento social de toda persona. En el caso rural, los niños suelen ser tímidos y sus interacciones a veces son muy limitadas. De ahí la importancia de fortalecer de manera integral la pedagogía por proyectos, como una estrategia que responde a las necesidades e intereses del territorio.
  • Pude reconocer la particularidad de los estudiantes, que cada uno tiene sus gustos e inteligencias y que todos aprenden de manera diferente. Noté, en aquellos estudiantes que se cansaban y evadían las clases de rutina, otra faceta con el aprendizaje remoto, pues se destacaron por ser los más listos, propositivos e innovadores.
  • La experiencia de construir aprendizajes a partir de un tópico para todos los niveles en el caso de la escuela multigrado, siguiendo niveles de complejidad y de manera multidisciplinar, permite fortalecer las diferentes competencias gracias a las interacciones, el trabajo colaborativo y participativo.
  • Valorar el error en la evaluación y en los procesos de aprendizaje, así como no tener miedo al cambio constituye un factor que permite retroalimentar la evaluación continua y evitar que esta sea vista como una herramienta de castigo y sanción. El niño asiste a la escuela para aprender, para ser feliz, para interactuar y socializar, para sentir motivación por el conocimiento y para liberarse a partir de un pensamiento creativo, crítico y reflexivo.
  • Es necesario, muy necesario, proporcionar condiciones para que los niños de las zonas rurales accedan a la lectura y la escritura como prácticas intelectuales que favorecen la construcción de su proyecto de vida. Con las competencias para la lectura y la escritura se acortan las brechas que los hacen vulnerables y limitados frente a las poblaciones citadinas.
  • La pandemia reveló el atraso en muchas esferas, entre ellas, la formación docente que cuenta con escasa inversión, también evidenció la debilidad de las herramientas tecnológicas y de las bibliotecas, la intermitencia de Internet y los programas de alimentación carentes de calidad.

Invitamos a la introspección para reformular nuestra práctica, nuestros saberes y estar a la vanguardia de la pedagogía, ya que es la mayor responsabilidad que tenemos como formadoras de las ciudadanías futuras. Es necesario que cada maestro piense: ¿qué tanto he hecho como docente? Y… ¿qué ha pasado con los que fueron mis estudiantes?, ¿dónde están y qué hacen actualmente?, ¿qué tanto pude construir en ellos?, ¿qué será del futuro de los escolares que acompañé? Ser maestro hoy en día es la profesión más exigente de todas. Finalmente, hay que decir que es necesario regresar a la escuela con protocolos garantizados. El espacio escolar es, sin duda alguna, un lugar imprescindible para el desarrollo y el aprendizaje de los niños, las niñas y los jóvenes. RM

Referencias

1 https://www.mineducacion.gov.co/1621/article-162342.html, consultado 11 y 59, 15/02/21

Teresa Garzón Sierra

Docente desde el 9 de febrero de 1994, de la Sede E Quitasol, aula multigrado, de la Escuela Normal Superior María Auxiliadora del municipio de Guadalupe Santander, egresada de esta misma institución como Bachiller Pedagógico; Licenciada en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales, de la Universidad de Pamplona; Magister en Pedagogía de la Universidad Industrial de Santander. Casi tres décadas construyendo enseñanzas y aprendizajes en el contexto rural, allí, en donde la educación ha sido responsabilidad prácticamente del docente y las familias, a ellos infinitas gracias por querer ser siempre los mejores a pesar de las adversidades.

Maira Alejandra Silva

Maestra de la Escuela Rural Quitasol del municipio de Guadalupe (Santander). Licenciada en Español y literatura de la UIS. Tiene un Máster Universitario en Didáctica de la Lengua y la Literatura en Educación Secundaria y Bachillerato por la Universidad Internacional de La Rioja.

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