DigitalEdición 27

Conectando el espacio con los estudiantes

Hace quince años mientras trabajaba en Nueva York, comencé una investigación que aún hoy sigo haciendo, sobre la manera como nos relacionamos con otras personas en los espacios y cómo su diseño influye sobre nuestros sentidos y puede promover comportamientos.

¿Alguna vez han pensado en cómo los espacios de aprendizaje han influido en sus procesos de aprendizaje? Tal vez es hora de empezar a pensarlo.

Si bien los espacios educativos no han variado mucho en los últimos siglos, es cierto que en los últimos años se ha producido un cambio fundamental, incluso en aquellas instituciones con pedagogías más tradicionales. Mientras más estudiamos y entendemos nuestros procesos mentales y como retenemos y recordamos información, podemos diseñar mejores entornos educativos que comprometan activamente a los estudiantes.

En studioSUR hemos diseñado un modelo de espacios educativos que sean una herramienta para potenciar las habilidades propias del siglo XXI que todos los estudiantes deben tener. Déjenme explicarles cómo llegamos a la definición de este modelo.

Hemos oído de nuevas generaciones llegando a los espacios educativos

Hoy existen cuatro generaciones en los espacios educativos. Los Baby Boomer o “generación de la televisión”, nacidos entre 1946-1964, son una generación competitiva, individualista y autoritaria. Son los más tradicionalistas y a quienes más se les dificulta la tecnología. Luego, aparecemos quienes hacemos parte de la Generación X o “generación de los computadores”, nacidos entre 1965 y 1980, somos eclécticos, recursivos, ambiciosos, adaptables al cambio y a la tecnología. Los siguientes, nacidos entre 1981-1995 son la Generación Y, Millenials o “generación del Internet”, estos han tenido exceso de actividades desde su nacimiento, pertenecen a la era de la información; tienen grandes expectativas personales y organizacionales, necesitan sentirse valorados y buscan relaciones de “mentores” más que de “maestros”. Por último, tenemos a quienes nacieron después de 1995 y hacen parte de la Generación Z, Centennials o “Nativos digitales”, quienes son extremadamente sociales, han crecido rodeados de tecnología, no saben qué es la vida sin Internet, ni teléfonos inteligentes, ni tabletas. Piensan y aprenden diferente y tienen otras prioridades, buscan “experiencias”.

Cada generación quiere algo diferente. El éxito de una institución educativa depende en la habilidad de… reclutar, retener, administrar y motivar a cada una de estas generaciones.

Nuevos modelos de educación también han llegando

Vivimos en una sociedad cada vez más competitiva e informatizada, por eso es normal que aparezcan nuevas formas de aprendizaje y estas nuevas formas de aprendizaje requieren espacios diferentes: flexibles, con acceso a la tecnología, para grupos pequeños, con soporte interdisciplinario, para proyectos y para la comunidad.

Necesitamos espacios que apoyen los nuevos modelos pedagógicos, donde los estudiantes puedan concebir, ordenar y estructurar ideas, hacer actividades en grupo, facilitar negociaciones, describir actividades específicas, crear artefactos e investigar disciplinas diferentes.

Hoy más que nunca necesitamos más variedad en los espacios educativos

Espacios para la concentración

En los estudios de espacios educativos que he realizado, hemos encontrado que los estudiantes prefieren estudiar solos que en grupos porque pueden concentrarse más fácil, pero la mayoría de instituciones no les ofrecen espacios diferentes a la biblioteca donde se bloqueen de distracciones y que puedan ser reservarles para que todos puedan acceder a ellos.

Salones para workshops o maker spaces

Hoy no es suficiente con las aulas tradicionales, se requieren salones para realizar actividades tipo taller, que puedan transformarse y adaptarse. Estos espacios permiten a los estudiantes acercarse a las prácticas profesionales siendo una buena oportunidad para hacer convenios con organizaciones externas y vincular a la comunidad.

Oficinas académicas y administrativas

La colaboración, ha llevado a que los espacios de trabajo tengan un enfoque diferente. Cada vez vemos menos oficinas privadas y más espacios abiertos y áreas de apoyo para reuniones formales e informales. Gracias a esta tendencia, el intercambio de conocimiento puede ser más natural generando nuevas dinámicas dentro de las entidades educativas.

Espacios sociales de aprendizaje

Hace un tiempo era impensable que las cafeterías, los corredores o el espacio público, pudieran ser áreas de aprendizaje, hoy han dejado de ser solo sitios de paso, para convertirse en áreas sociales de aprendizaje. Los seres humanos somos los animales más sociales del planeta, necesitamos estar con otras personas y por ello es importante diseñar espacios sociales que apoyen el aprendizaje.

Bibliotecas

Ya no solo son sitios para almacenar libros, ahora son “hub sociales”, centros de actividades de aprendizaje. Los libros que tienen poco uso son llevados a espacios de almacenaje para tener más variedad de espacios para estudiar de manera individual o en equipo.

Salas de innovación

Etiquetar espacios bajo la innovación, puede motivar sus dinámicas. Deben ser espacios apropiados para la co-creación, donde exista una conexión con la entidad educativa, las investigaciones académicas y la comunidad.

Aulas de clase

El aula sigue siendo el espacio por esencia del aprendizaje, pero hoy se usa de manera diferente actuando como “facilitador”, es decir, el aula debe adaptarse a los modelos pedagógicos y no ellos a las condiciones físicas del espacio. Esto implica más espacio por estudiante para permitir flexibilidad y más inversión en tecnología.

Casos exitosos de aulas de clase no tradicionales:

Harvard

El modelo implementado en Harvard con el “método del caso” permite que tanto docentes como estudiantes estén co-creando por eso es fundamental la participación de todos los estudiantes durante cada clase.

Scale Up. Student Centered Active Learning Enviroment with Upside-down Pedagogies

La distribución de mesas que plantea Scale Up demuestra un mejor entendimiento que en clases tradicionales, donde los estudiantes hacen preguntas sobre temas relacionados con detalles del curso, mientras que en Scale Up los estudiantes hacen más preguntas de análisis. El espacio los ayuda a sentirse más conectados a sus docentes y a sus compañeros, motivando la discusión y ayudando a sentirse más activos. Algunas de las universidades que han implementado este modelo son MIT, Minnesota, McGill, Iowa, Virginia Tech, Northern Michigan y Oklahoma, entre otras.

Hasso Plattner Institute of Design, Stanford University

Es un referente de exploración de las nuevas maneras de aprender. Aquí todo funciona en torno al “Design Thinking” (pensamiento creativo), base de su pedagogía de aprendizaje, por eso la flexibilidad es la base del espacio. Todo se puede mover, reorganizar y reinterpretar. El espacio en sí mismo promueve el pensamiento crítico a través de la experimentación y empatía.

Casos de estudio en Colombia

Por último, quisiera contarles nuestra experiencia para la Universidad de la Sabana, la Universidad del Rosario y La Universidad de los Andes.

Luego de un diagnóstico de las condiciones del espacio y de las necesidades de los usuarios, entendimos que el aprendizaje no podía limitarse al aula de clase y que han sido los propios estudiantes quienes han motivado este cambio, porque están utilizando espacios que no fueron creados para el aprendizaje, adaptándolos a sus necesidades gracias a la tecnología, con la cual, los estudiantes se han dado cuenta de que pueden acceder a la información en cualquier lugar permitiendo que el aprendizaje no esté atado a un espacio determinado.

Descubrimos que los estudiantes pasaban casi la mitad del tiempo “solos” en actividades de concentración y la otra mitad del tiempo, lo pasaban en actividades colaborativas desarrolladas no solo en el aula de clase, pero que no contaban con suficientes espacios para el aprendizaje ocasional ni para la concentración y que, por la falta de espacios colaborativos, usaban lugares no apropiados para el trabajo en equipo.

A partir de estos hallazgos, decidimos ampliar el aprendizaje “fuera del aula de clase”, proporcionando espacios para que “antes o después de clases”, los estudiantes tuvieran la autonomía para elegir dónde ir a concentrarse, verse con alguien o cambiar de ambiente y obtener así, una nueva perspectiva sobre lo que estaban haciendo. Creamos espacios que permitieran que el aprendizaje se diera en cualquier momento y lugar a través de encuentros espontáneos y no solo programados.

Nuestro modelo de espacios de aprendizaje facilita los procesos de aprendizaje y se convierte en una herramienta para potenciar las habilidades que los estudiantes hoy deben tener: pensamiento crítico, liderazgo, creatividad, solución de problemas, comunicación, colaboración, iniciativa, curiosidad, adaptabilidad, persistencia y conciencia cultural y social (ASE).

1. Concentración y reflexión

Módulos para que los estudiantes puedan concentrarse en actividades de investigación y reflexión evitando distracciones.

Refugio

Tipo de espacio: Cabina de privacidad
Capacidad: 1 persona

Enclave

Tipo de espacio: Espacio de estudio con privacidad
Capacidad: 1 a 4 personas

Ermita

Tipo de espacio: Espacio para el silencio
Capacidad: hasta 20 personas

2. Colaboración e interacción

Hoy sabemos que la colaboración no siempre se da de la misma manera, es por eso que definimos tres tipos de colaboración:

Crear

Espacios para el pensamiento estratégico. Aquí deben crearse soluciones nuevas y el espacio debe permitir reconfigurarse según la necesidad. Debe tener muchos tableros, mesas de trabajo de diferentes alturas, sillas operativas, butacas y tipo lounge. Los procesos creativos no son rígidos, y estos espacios tampoco.

Informar

En estos espacios una persona imparte información a otras personas a través de presentaciones. Es fundamental contar con medios audiovisuales, amueblamiento y acondicionamiento acústico que permitan ver y escuchar claramente la información.

Hacer

Es la ejecución táctica de tareas con objetivos claramente definidos. En estos espacios se requieren mesas con grandes superficies para libros, computadores, cuadernos y demás dispositivos que los estudiantes tengan.

3. Conexión social

Estos espacios deben promover el bienestar a través del contacto con la comunidad: salas de exposiciones, cafeterías, puntos de hidratación, lockers, zonas verdes, plazas y corredores, son solo algunos de estos espacios de conexión social.

4. Aulas de clase

La organización tradicional del aula en la que el profesor ocupa el plano principal, ha cambiado para hacer el alumno el centro de todo el proceso de aprendizaje, fomentando la interacción, el intercambio de ideas y la investigación entre alumnos y docentes. En la actualidad, existen tres tendencias en configuraciones de aulas. La primera y más tradicional es la de filas y columnas, que, aunque es la más eficiente en cuanto a capacidad, es en la que más se dificulta la interacción. La segunda es la media luna la cual es un modelo híbrido, que permite ver el rostro de todos los participantes, motivando la colaboración, pero solo puede usarse con grupos pequeños porque requiere grandes superficies. Por último, tenemos el modelo progresista de las aulas de aprendizaje activo, las cuales son las que más requieren área por estudiante e inversión en tecnología, pero permiten reconfigurarse según el modelo pedagógico y el profesor puede moverse libremente por el espacio para interactuar con todos sus estudiantes.

Conclusión

Los viejos paradigmas, jerarquía, memorización, rutina y aulas unidimensionales, quedan relegados por nuevos valores donde potenciar procesos, habilidades personales y competencias, y todo ello, en ambientes diseñados para el aprendizaje. Estos espacios deben contar con flexibilidad, conectividad, bienestar y autonomía para generar motivación y confianza.

Como diseñadores debemos proporcionar una paleta de opciones para que el estudiante pueda elegir el entorno que mejor se adapte a sus necesidades de aprendizaje. Observando a los estudiantes, donde se reúnen, estudian y colaboran, se pueden generar ideas sobre cómo adaptar los espacios a sus necesidades. RM

Liliana Gutiérrez

Ph.D en Procesos Políticos Contemporáneos de la Universidad de Salamanca, Máster en Estudios Latinoamericanos de la misma universidad, Profesora de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Abogada de la Universidad de Caldas.

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