La educación temprana es mucho más seria de lo que pensamos. Durante los primeros años de vida establecemos las estructuras neuronales y mentales que nos permiten construir relaciones sólidas, significativas, y profundas con otros y con la naturaleza.
A medida que la modernidad nos separa de la naturaleza, perdemos en la educación la exposición de los niños a espacios silvestres y con esto a las oportunidades de exploración y el descubrimiento de la magia en la naturaleza misma. Con cada generación nos alejamos más de reconocer nuestro carácter interconectado e interdependiente a los sistemas de vida.
La transición hacia un mundo más próspero para todos los seres vivos del planeta requiere de la acción contundente de los seres humanos. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un primer puente en esta transición. Sin embargo, el sentido de pertenencia y de lugar combinado con la capacidad de entender y entrar en “correcta relación” con la naturaleza es necesario para establecer nuevas formas de habitar el planeta que busquen el bienestar y la armonía entre el individuo, la sociedad y el planeta.
A continuación exploraremos como podemos activar las mentes emergentes de los niños en sus primeros años con el objetivo de asegurar que puedan pensar más allá y que establezcan unos lazos sólidos desde pequeños que estimulen estructuras creativas y de pensamientos sistémico en el desarrollo temprano.
Los ODS y la Educación Temprana
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), son un conjunto de 17 objetivos lanzados por la ONU en 2015 con sus respectivas metas que buscan crear “una oportunidad para que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino con el que mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás.” 1 Estos incluyen temas transversales a la vida humana y la salud del planeta, desde la pobreza hasta el combate al cambio climático incluyendo la salud, la educación, la defensa del medio ambiente, la igualdad de la mujer, y el diseño de comunidades sostenibles entre otros.
El lanzamiento de los ODS buscó una estrategia con enfoque sistémico para enfrentar los retos actualmente existentes y los cuales están afectando la salud y el bienestar del planeta y todos los habitantes que en el viven. Es claro que vivimos en un momento de la historia en donde la esencia interconectada e interdependiente de los sistemas de vida es evidente y los problemas que enfrentamos (colapso en biodiversidad, cambio climático, etc.) traspasan todas las fronteras que hemos creado (ciudades, países, territorios, etc.). La acción es urgente y debe darse desde muchos niveles a la vez. Aun cuando es crítico que hagamos cambios rápidos en ámbitos liderados por jóvenes y adultos como lo son la economía, la producción y el uso de la energía y nuestros estilos de vida, los niños de hoy jugarán un papel fundamental en acelerar el cambio y construir un futuro viable y próspero para la vida en el planeta.
Un objetivo de los ODS se enfoca específicamente en la Educación, el objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
Dentro de este objetivo la meta 4.2 habla específicamente de las etapas tempranas de desarrollo.
4.2. De aquí a 2030, asegurar que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria.
Los ODS reconocen la importancia del acceso a educación de calidad desde temprana edad como parte de la estrategia a mediano y largo plazo para mejorar la vida de todos. La pregunta que nos queda es:
¿Cómo podemos hacer que la educación inicial de calidad active la inteligencia naturalista y la capacidad para caminar hacia la construcción de un mundo próspero para todos?
En palabras del Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake: “Ahora sabemos que se necesita más que educación para que el cerebro de un niño se desarrolle —mucho más… el aprendizaje debe encender una revolución en cómo pensamos y actuamos sobre el desarrollo de la primera infancia.” 2
El proceso de desarrollo de los niños es un proceso de descubrimiento y codificación del mundo que los rodea en el cual los primeros seis años de vida son determinantes. Durante estos primeros años las redes neuronales se desarrollan y se establecen las estructuras con las cuales el individuo navegará el mundo durante toda su vida. Este proceso depende de múltiples factores como un entorno de cuidado y seguro, una buena nutrición, y experiencias significativas y enriquecedoras. La educación tiene un papel fundamental en asegurar las mejores condiciones para el desarrollo del potencial en cada individuo. Aun cuando existen muchos programas enfocados a cada uno de estos factores muchas veces se pierde de vista la inclusión del entorno natural y la creación de experiencias de aprendizaje que refuercen el sentido de lugar y pertenencia a la tierra. En las últimas décadas, la educación se ha alejado cada vez más de los entornos naturales y del juego no estructurado prefiriendo la estandarización de espacios controlados (salones y aulas), las actividades dirigidas y la tecnología.
Al pensar en educación para la sostenibilidad debemos reflexionar en cuales elementos son los cimientos más importantes que debemos desarrollar si queremos apoyar la construcción de visiones de mundo relaciones que armonicen entre las personas y sus sistemas, la naturaleza y sus sistemas. A corto plazo, generar cambios rápidos en nuestros hábitos y estilos de vida que reduzcan nuestra huella ecológica y social son fundamentales. A mediano y largo plazo es importante hacer un cambio estructural más profundo en la relación de nosotros como especie (Homo sapiens sapiens) y los sistemas de vida. Para lograr este cambio considero que debemos comenzar fortaleciendo los lazos de relación entre individuos y la tierra consolidando la capacidad para entendernos como parte integral del sistema de vida y aumentar nuestra capacidad empática con lo que nos rodea. Adicionalmente, durante los primeros años es determinante tener acceso a entornos naturales y así poder codificar elementos de esta a través de los sentidos y generar un vínculo fuerte con el planeta y la vida que en el habita.
Aprendiendo con la Naturaleza
El trabajo que he hecho durante los últimos 25 años en educación al aire libre con miles de estudiantes, me reafirman que debemos integrar los procesos de aprendizaje (la educación) con la Naturaleza. Esto requiere incorporar elementos de esta al salón de clase y cada vez más, sacar el salón de clase hacia al campo y sus ecosistemas. De la misma manera, incorporar procesos de aprendizaje basado en lugar, juego no estructurado e indagación que active el descubrimiento. Los primeros seis años de vida son ideales para la educación basada en naturaleza, comenzando por despertar los sentidos y las emociones para luego ir creando enlaces con el conocimiento de sitio (especies, procesos, etc.).
En la inclusión de entornos de aprendizaje naturales podemos definir tres tipos de espacios para la educación basada en naturaleza: interior, exterior y silvestre (el mas allá). El espacio interior es el que predomina actualmente e incluye áreas de juego basadas en infraestructura artificial como rodaderos, columpios, areneras y domos. El espacio exterior se refiere a zonas naturales (al aire libre) controladas en donde los elementos de juego están basados en elementos de la naturaleza, jardines, huertas, troncos etc. Salir a entornos silvestres ya se considera ir al “más allá.” Muchos jardines no tienen acceso directo al más allá por lo que requiere mayor esfuerzo para incorporar este entorno de aprendizaje. Establecer alianzas con parques naturales, reservas privadas y otros espacios que permiten acceso seguro a zonas silvestres es importante. El movimiento de escuelas en el bosque toma en cuenta estos entornos y establece su infraestructura asegurando el acceso directo al más allá, muchas veces un bosque contiguo a la infraestructura o incluso estableciendo la infraestructura adentro de una reserva natural.
Establecer una estrategia que vaya cambiando el tiempo de estudio en cada uno de estos espacios permite transicionar de forma intencional y fluida hacia la educación al aire libre. En muchos jardines del bosque, pre-escolares que han optado por operar en áreas silvestres, se busca que haya un balance en la diversidad de entornos de aprendizaje (interior-exterior-más allá) 20-40-40, y modelos más progresivos de escuelas del bosque están trabajando 100% del tiempo en espacios silvestres dejando toda infraestructura física interior de lado.
Como complemento a la inclusión de espacios naturales, transicionar de estructuras de educación en bloques hacia una estructura fluida basada en el diseño de “experiencias de aprendizaje” fortalece el proceso de desarrollo en los individuos. Este enfoque estimula el proceso de exploración y descubrimiento como mecanismo principal del aprendizaje.
De acuerdo a estudios elaborados en los últimos años y recopilados por el Children & Nature Network 3, el juego no estructurado y la educación basada en naturaleza trae un sin número de beneficios para los niños entre los que podemos resaltar los siguientes:
- Mejora la creatividad, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
- Aumenta la lectura, la escritura, las matemáticas, los estudios sociales y el rendimiento en ciencias.
- Reduce la ira, el estrés y el comportamiento disruptivo.
- Mejora las habilidades de relación y el control de los impulsos.
- Aumenta el entusiasmo y el compromiso con el aprendizaje.
- Aumenta el enfoque y la atención al tiempo que reduce los síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
- Aumenta la actividad física, lo que reduce el riesgo de obesidad.
- Reduce la miopía.
- Aumenta la autonomía y responsabilidad.
Cuatro Pilares de la Relación con la Tierra
He identificado cuatro pilares importantes en el proceso de educación para la sostenibilidad los cuales son claves desde que los bebes comienzan su proceso de relacionarse con el mundo.
El primero es conectar con la naturaleza. Esta conexión es la base de la relación ya que permite al individuo tener la capacidad de aprender a sentir la esencia interconectada e interdependiente del sistema y a su vez desarrollar empatía con el mundo que lo rodea. El contacto con la naturaleza y los espacios de juego libre y silencio son esenciales para facilitar la conexión.
El segundo es sentir (percibir). Me refiero a este pilar como “activar el espíritu naturalista” ya que se enfoca a desarrollar los sentidos (observación, tacto, olor, escucha, gusto, intuición), la indagación, y el pensamiento analítico para reconocer lo que hay en la naturaleza y más importante lo que no se ve, las relaciones existentes. La aproximación desde este pilar a la educación nos brinda una gran cantidad de caminos hacia el conocimiento cómo el aprendizaje basado en lugar, en proyectos, en indagación, para nombrar algunos.
El tercer pilar se enfoca en nutrir el cuerpo, la mente y el espíritu a través de los alimentos. A parte del aire, la comida es el elemento de la naturaleza con el cual tenemos una relación más estrecha y permanente. La industria de la comida es también una de las industrias que mayor impacto negativo genera en el planeta. Este pilar se enfoca en la alimentación consciente e intencional, en donde podemos reafirmar y establecer las conexiones que hay en los sistemas de vida, partiendo desde el suelo en donde comienza la magia, hasta el momento en que el alimento entra a nuestras bocas. La alimentación se convierte en una ventana en la educación para reconocer la interconexión y agradecer a todos los seres y procesos naturales que permiten que el alimento saludable llegue a nosotros. También, a medida que la escogencia de alimentos se vuelve cada vez más intencional, permite a las escuelas y hogares comenzar a reducir su impacto en el planeta. Por último la aproximación consciente del proceso de cocinar y comer también es una gran oportunidad para estar presentes y disfrutar los frutos que la naturaleza nos provee
El cuarto y último pilar es el actuar. Las decisiones en los estilos de vida y como actuamos son fundamentales, ser conscientes y entender como impactamos el mundo nos permite actuar intencionalmente y participar todos los días en el camino hacia regenerar el planeta. En el escenario de educación temprana este pilar se enfoca en conectar cadenas de causalidad y entender como llegan y a donde van las cosas que utilizamos todos los días. Desarrollar capacidades de pensamiento sistémico desde los primeros años de vida.
Los cuatro pilares son un marco que permite crear experiencias de aprendizaje significativas manteniendo la relación con el planeta y los sistemas de vida presente. Se pueden aplicar durante toda la vida. El enfoque en edad temprana comienza con la exposición a la naturaleza, uso de los sentidos y el procesamiento de emociones y percepciones. Este va evolucionando a medida que crecen los individuos, incluyendo cada vez más complejidad y contenido hacia el conocimiento.
Ver a la naturaleza como una gran aliada de la educación temprana abre un sin número de puertas hacia un enfoque más holístico y al desarrollo de individuos sensibles, empáticos y con la capacidad de entender y relacionarse profundamente con los sistemas de vida y otros habitantes del planeta. Individuos que pueden participar en la construcción de un mundo que va más allá de la sostenibilidad.
Naturalizando la Educación Temprana
Considerando el acelerado proceso de urbanización y en especial América Latina superando el 80% de la población viviendo en ciudades 4, la transición hacia modelos de educación inicial basada en naturaleza se hace cada vez más urgente.
Los jardines infantiles y familias pueden priorizar hacer más actividades al aire libre y en espacios silvestres de forma rutinaria. Enfatizo la importancia de ir al “más allá” y buscar experiencias en espacios silvestres y áreas naturales poco intervenidas ya que permiten acceso a mayor diversidad y riqueza en las experiencias y oportunidades de descubrimiento. Inclusive un bebe que tiene acceso a tiempos prolongados en el bosque por ejemplo, comienza a codificar las estructuras dinámicas de la naturaleza, los colores, el sonido del viento, el canto de las aves, los cambios térmicos, la luz, los olores permitiendo que el entorno natural sea parte de su contexto y la variedad de estímulos aumente significativamente.
Es muy enriquecedor incorporar procesos de siembra y contacto directo con plantas, especialmente comestibles en donde los estudiantes comienzan a relacionar la magia del suelo con el cosechar alimentos y toda su cadena. Esto se puede hacer en interior si no se cuenta con acceso a espacios exteriores.
En mi experiencia familiar, los momentos de mayor aprendizaje y consolidación de las relaciones familiares se dan en momentos de viaje en la naturaleza. Durante las vacaciones, programen tiempos mas largos, varios días o varías semanas, para viajar, acampar y compartir en espacios naturales y conocer sus territorios. A medida que se permanece tiempos prolongados recorriendo y en contacto con el aire libre se aprender a estar cómodos en cualquier condición climática. Cuando se viaja así, existen muchas oportunidades de asumir responsabilidades y poder ejercer cuidado propio y de otros fortaleciendo así aprendizajes socioemocionales.
Las actividades al aire libre activas y participativas (de cualquier duración) en donde todos tienen un rol en crear bienestar se pueden integrar a la educación como experiencias de aprendizaje móviles que fortalecen al individuo, abren ventanas al descubrimiento/aprendizaje y consolidan la relación con la tierra brindando habilidades y capacidades para consolidar una ciudadania ambientalmente sensible. RM
Referencias
1» Desarrollo Sostenible, https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/. Accessed 28 July 2020.
2» Lake, Anthony. “A Revolution in Early Childhood Development.” UNICEF Connect, 7 Oct. 2015, https://blogs.unicef.org/blog/a-revolution-in-early-childhood-development/.
3» “Tools & Resources.” Children & Nature Network, https://www.childrenandnature.org/learn/tools-resources/. Accessed 28 July 2020.
4» Urban Population (% of Total Population) – Brazil, World, Latin America & Caribbean | Data. https://data.worldbank.org/indicator/SP.URB.TOTL.IN.ZS?locations=BR-1W-ZJ. Accessed 30 July 2020.