Para hacer referencia a la historia de los MOOC (Massive Open Online Course), es necesario remitirse a sus antecedentes, dentro de su dependencia con la propia EaD (Encoded Archival Description), así como su desarrollo frente a su estrecha relación con el e-learning. En lo que ahora respecta a su historia, es preciso situarse aún más cerca una vez reconocido:
El fulgurante desarrollo de las diferentes formulaciones y proyectos de EaD acaecidos en las tres últimas décadas del pasado siglo. Así, nos aproximamos a tres escalones que consideramos precursores menos lejanos de los MOOC: los Objetos de aprendizaje, los Recursos educativos abiertos y la Khan Academy. (García, 2013, p. 2).
De ahí, es posible afirmar que dentro de las formas de educación del siglo XXI se pueden concebir las plataformas virtuales como una contribución importante a la escuela, dado que permiten el acceso a la información y están cada vez más al alcance de todos, sin importar las condiciones socioeconómicas, culturales o religiosas. Para Boneu (2007, citado en Belloch, 2010) estas nuevas tecnologías poseen cuatro características básicas e imprescindibles, que cualquier plataforma de e-learning debe tener, a saber: “Interactividad, flexibilidad, escalabilidad, estandarización” (p. 2).
Estas plataformas pueden ser de tipo abierto, gratuito o de difusión masiva por Internet, ya que son una manifestación de la enseñanza abierta. En este sentido, hacen parte los MOOC con contenidos de cursos abiertos online, que se pueden utilizar para hacer capacitación de tipo masivo o de un programa específico de formación. Al respecto, la Fundación Telefónica de España (2015) afirma que:
Desde el inicio del fenómeno MOOC, y a raíz de la proliferación de plataformas que ofrecen MOOC, se han perfilado dos enfoques diferentes con relación a los paradigmas de aprendizaje y a la estructura de los cursos. Por un lado, se encuentran los denominados conectivistas (cMOOC), en los que el alumno a través de su participación y generación de contenido es a la vez parte del aprendizaje del resto de alumnos. Por otro lado, aparecen los «no conectivistas» (xMOOC), en los que el desarrollo del curso es más parecido a un curso tradicional y la interacción con el resto queda en un segundo plano; en ellos el alumno recibe una cantidad significativa de información estructurada y secuencial, y es posteriormente evaluado. Asimismo, los xMOOC están más centrados en la incorporación de nuevos métodos educativos y tecnologías en sus plataformas, además de ofrecer cada vez más y mejores contenidos en los cursos. (p. 46).
Según los contenidos de las lecturas del presente curso de Ambientes, los MOOC son el resultado de la enseñanza y su masificación; tal y como se puede ver en las plataformas de aprendizaje, las cuales son muy significativas en los cursos a distancia online. De esta manera, la formación se torna más adaptativa, personalizada y acorde a las necesidades del usuario. Sin duda, estas características contribuyen a la apertura y a la mundialización de la educación y han permitido los cambios de los MOOC en las plataformas, por tanto, favorecen nuestro entorno personal de aprendizaje.
Por su parte, García (2005) define la educación virtual como la “capacitación no presencial que, a través de plataformas tecnológicas, posibilita y flexibiliza el acceso y el tiempo en el proceso de enseñanza-aprendizaje” (p.10). Esto indica que la formación virtual ha tomado un protagonismo en los últimos años y, a partir de las diferentes herramientas a las que se puede tener acceso, ha logrado influenciar cada vez más las formas de comunicación y de aprendizaje.
Por otro lado, investigaciones realizadas en diferentes países de primer mundo como Finlandia, Alemania y Estados Unidos demuestran que las Tecnologías de la Información y la Comunicación-TIC pueden conducir a mejorar los métodos de enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes. Estas se han convertido en una pieza fundamental para la educación virtual al revolucionar las formas de aprendizaje y al incorporarse en los diferentes niveles educativos; tal como se puede referenciar en la maestría ofertada por la Universidad de la Sabana[1], la cual, en un alto porcentaje, se ofrece en modalidad virtual, resaltando la importancia del uso de las diferentes herramientas TIC: computadores, Internet y teléfonos inteligentes.
Ante este panorama, es de afirmar que las TIC proporcionan diferentes estrategias que se ajustan perfectamente a cualquier modalidad de estudio, aportando información y recursos pedagógicos que permiten a los estudiantes de cursos virtuales mejorar la calidad de aprendizaje. Además, las TIC generan el acercamiento del alumno con los profesores ya sea por plataformas institucionales como Skype, WhatsApp, email y Linkedln, por herramientas como Facebook y Twitter o por gestores como Dropbox, Google Drive y Evernote, que alientan a la inteligencia colectiva y contribuyen al aprendizaje significativo.
En consecuencia, Internet ha adquirido una importancia para la educación virtual, ya que permite al alumno acceder a una gran cantidad y variedad de información ofrecida desde diferentes puntos de vista. Sin embargo, los estudiantes deben tener en cuenta que es necesario reelaborar y adaptar cognitivamente estos conocimientos, poniendo en juego las habilidades y valores que son propios a cada individuo.
Basados en la experiencia, se puede considerar que la educación virtual presenta cambios profundos respecto a otro tipo de metodologías educativas, considerando que los papeles tanto del alumno como del profesor toman otra dinámica. El profesor cambia su rol de transmisor de información (educación tradicional) por el de tutor, un guía centrado en el proceso de aprendizaje del alumno. De esta manera, deja de lado la forma lineal y repetitiva de enseñar para incentivar al estudiante a utilizar nuevas estrategias, medios y diferentes materiales; mientras que, este asume su propio proceso de aprendizaje. Así, las TIC toman un valor relevante al facilitar el proceso de investigación del alumno apoyado en el tutor y en sus pares.
No obstante, el uso de las TIC en el modelo educativo virtual ha implicado algunos inconvenientes, como el hecho de que a diferencia de la mayoría de los alumnos los tutores no tienen un completo dominio en la utilización de estas herramientas. También, el enfrentarse a las altas tasa de abandono por parte de los estudiantes, pues la deserción es quizás uno de los fenómenos que más afecta la educación, no solamente en Colombia, si no en la mayoría de los países del mundo. Según el MEN, mientras los programas presenciales en formación superior alcanzan una deserción del 48%, los programas a distancia presentan tasas superiores a 60% (MEN, 2016); por lo que, se hace necesaria la aplicación de nuevas estrategias, metodologías y un mejor uso de las TIC en la búsqueda por mejorar los procesos de enseñanza.
Por otra parte, el aprendizaje no debe limitarse al uso de Internet sino a la implementación de distintas herramientas que despierten en los estudiantes el interés hacia la educación superior virtual. Sin lugar a dudas, las TIC nos brindan cada día más canales para adquirir conocimiento y desde el punto de vista educativo potencian la planificación y los procesos de enseñanza y aprendizaje. En este sentido, las TIC irán tomando mayor relevancia en el sector educativo y su facilidad de interacción con otras herramientas y metodologías llevarán la educación virtual a otros niveles. También, estas tecnologías permitirán formar profesionales con competencias más avanzadas que las tradicionales.
Otra crítica consiste, según Postic (2000), en la carencia que se presenta en las relaciones personales, al considerar que los MOOC no pueden reemplazar la valiosa interacción de los estudiantes con el profesor, ya que muchos pedagogos y expertos en didáctica consideran esencial esta interacción en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Con base en esta postura, quienes implementan los MOOC han buscado estrategias para fortalecer estos procesos interpersonales a partir de experiencias de simulación con laboratorios y prácticas en los procesos de socialización y colaboración entre los participantes (Bates, 2012). Al respecto, Adell (2011) opina que:
Los Entornos Personales de Aprendizaje (PLE, por sus siglas en inglés: Personal Learning Environment) son sistemas que ayudan a los estudiantes a tomar el control y gestión de su propio aprendizaje. Esto incluye el apoyo a los estudiantes para fijar sus propios objetivos de aprendizaje, gestionar su aprendizaje, la gestión de los contenidos y procesos, comunicarse con otros en el proceso de aprendizaje y lograr así los objetivos de aprendizaje. (p. 1).
En cuanto a las oportunidades que presentan las MOOC, se pueden mencionar que estas contribuyen al desarrollo de escenarios de aprendizaje sin límites, permitiendo el acceso a los recursos educativos en cualquier momento y lugar. Este escenario, que ha evolucionando desde principios de la década pasada, complementa otros espacios que venían configurándose por la evolución de las redes de comunicación y de las potencialidades que aportan a los procesos de formación. Otra oportunidad que se convierte en un logro es bajar los precios para el almacenamiento, por esto, la computación en nube se está convirtiendo en una forma económica, rápida y eficaz de entregar capacitación en sistemas de LMS (Sistema de Gestión de Aprendizaje, en inglés Learning Management System).
Finalmente, es de reconocer que el mundo de los entornos virtuales y plataformas han generado más flexibilidad, igualmente la búsqueda por parte del usuario en determinar el servidor que pueda cubrir sus necesidades de manera más sencilla. Estos entornos sociales que se manejan de nube IaaS (Infrastructure as a Service), permiten nuevas formas de interacción y comunicación más horizontal. Por último, se puede mencionar los PLE (Entorno Personal de Aprendizaje, en inglés Personal Learning Environment) como estructuras compuestas, integra el clásico entorno virtual para asociar el aprendizaje formal con el aprendizaje informal conectivismo, por medio de redes sociales y comunidades virtuales.