En este artículo, María Acaso nos propone llevar a cabo un cambio de paradigma en la educación que nos permita decir adiós a la pedagogía hegemónica y obsoleta y dar la bienvenida a una pedagogía contemporánea a través de un proceso que ha denominado rEDUvolution.
Resulta sorprendente que, en un mundo en continua transformación, la educación permanezca anclada en un paradigma más cercano al siglo XIX y a la producción industrial que a las dinámicas propias del siglo XXI. Por ese motivo considero necesario y urgente un cambio de paradigma que permita crear alternativas para los modelos hegemónicos de un sistema educativo obsoleto.
Mi propuesta se basa en que los profesionales de la educación llevemos a cabo lo que he denominado una rEDUvolution, término que nace de la fusión de “revolución” y “educación” y que condensa esa necesidad de realizar un cambio real en aquellos lugares destinados a que la educación suceda, sobre todo en los ámbitos formales, donde la obsesión por la certificación y lo académico ha convertido los procesos de aprendizaje en verdaderos simulacros
En este artículo voy a resumir las cinco ideas y marcos de acción concretos que nos ayudarán a recorrer el camino de la rEDUvolution, un proceso que consiste en mirar la educación desde una perspectiva diUerente, más reflexiva, analítica y autocrítica, para transformar aquello que no funciona a través de sucesivas microrrevoluciones en nuestra práctica docente.
En primer lugar, los profesores debemos aceptar que “lo que nosotros enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden”. Si pensamos en el acto pedagógico tal y como se concibe en la actualidad, tomar apuntes ha sido la tarea central que sustenta lo que denominaremos la educación industrial la metáUora del espejo, la (falsa) certeza de que aquello que el profesor dice, prácticamente dicta, puede ser recogido por los estudiantes de una manera totalmente simétrica, perfecta.
El paradigma industrial nos ha hecho entender la educación como una secuencia que se desarrolla a dos bandas y en la que no existen otros participantes, en la que nadie interfiere en ese binomio delimitado y simétrico que constituye la pareja alumno/profesor. Pero la rEDUvolution parte de la idea de que ese deseo de la compresión total, del anclaje perfecto, no puede funcionar en un proceso educativo. De cada clase que impartamos, cada estudiante elaborará una versión individual que enlazará con ideas, conceptos o lugares que nosotros, como proUesores, jamás podremos controlar
En la rEDUvolution, aceptamos la presencia de un tercer participante en el proceso de aprendizaje el inconsciente de estudiantes y profesores, por lo que trabajaremos desde la idea de que el acto pedagógico no tiene cierre, lo entenderemos como una producción cultural inacabada frente al presupuesto generalmente aceptado de que queda terminado, una vez más, por el docente.
:ncorporar el inconsciente en el aprendizaje nos lleva a considerar lo invisible al mismo nivel que lo visible y a sospechar no solo de lo que ocurre en el exterior, sino también en nuestra aula. Revisar crí- ticamente nuestro trabajo, las pedagogías invisibles microdiscursos que suceden o que no suceden a la vez en un acto pedagógico y que acontecen en un segundo plano latente e inconsciente, nos ayudará a transformar el acto pedagógico en un ejercicio más democrático y nos permitirá desestabilizar muchas de las acciones asimétricas que practicamos.
Ahora podemos introducir dos conceptos que me parecen Uundamentales para el ejercicio de docencia en el siglo XXI. El primero es el de la ignorancia activa: en un mundo saturado por el exceso de información, los profesores pueden contemplar como una meta necesaria fomentar la ignorancia, entendida como la resistencia positiva ante un conocimiento que no queremos albergar. Esta idea que relaciona el olvido con la educación configura una nueva paradoja que nos lleva al segundo concepto los estudiantes aprenden más de lo que obviamos que de lo que les enseñamos, aprenden más de aquello que los profesores olvidan que de lo que recuerdan.
Por otra parte, también debemos cuestionarnos un tema tabú en la pedagogía: la verdad. En la rEDUvolution negamos la posibilidad de la pedagogía como certeza y la concebimos, en cambio, como un fraude, como una construcción que se asienta sobre una verdad subjetiva 4omo proUesores, debemos resituarnos como estafadores, como creadores de un discurso que no es más que nuestra visión particular sobre un tema, lo cual implica desarrollar un mecanismo de sospecha permanente hacia la pedagogía. Y tenemos la obligación de que los estudiantes que compartaen con nosotros la experiencia del aprendizaje aprendan a sospechar (también en lo referente al discurso del profesor).
Además, la rEDUvolution nos invita a abandonar la posición de docentes reproductores para convertirnos en docentes creadores. En este sentido, el profesor del siglo XXI producirá el conocimiento de manera rizomática, a partir de las ideas de otros, de manera que la base sobre la que se ha de cimentar la labor docente será la del profesor como D;, que explicita su trabajo como un remixeador.
La segunda idea clave es que “no solo hay que parecer democráticos, sino que hay que serlo”. Aunque a muchos de nosotros no nos guste reconocerlo, cuando aprendemos a ver lo invisible y a refl exionar sobre nuestro trabajo descubrimos que nuestras prácticas educativas distan mucho de ser democráticas.
Por eso el segundo marco de acción pasa por entender la dimensión política del acto pedagógico y darle la vuelta a las dinámicas de poder. Alterar las dinámicas heredadas signifi ca, entre otras co sas, que los estudiantes decidan todos los componentes del acto educativo. Erabajar para cambiar el paradigma anterior supone repensar los roles de los principales agentes implicados en el proceso educativo (el aula del siglo XXI debe representar la disolución de roles por medio de la idea de comunidad de aprendizaje invertir los fl ujos de crea ción de conocimiento (el docente también aprende del estudiante, un proceso denominado “educación a la inversa”) y comprobar que existen otras arquitecturas de distribución (crear otras formas de diseñar un acto pedagógico por ejemplo, desde el edupunk, un posicionamiento pedagógico que implica trabajar adentrándonos en la incertidum bre de una metodología sin certezas, renegar del poder absoluto en el aula y convencerse de que el conocimiento se genera en red).
La tercera idea, “De la clase a la reunión”, es una invitación a habitar el aula. La rEDUvolution quiere cambiar los usos del tiempo y para ello adopta el concepto de slow education: la conciencia de ralentizar para producir procesos de enseñanza y aprendizaje lentos y tranquilos Eambién presta mucha atención a los espacios, al mobiliario, los colores o la temperatura, y apuesta por diseños innovadores que conviertan al aula en un territorio que posibilite el aprendizaje
6n defi nitiva, se trata de trabajar con lo que deno mino una educación artesana, una educación slow en la que somos capaces de dar tiempo al proceso; que tiene en cuenta las emociones, los afectos; donde unos pocos estudiantes y varios docentes Uorman una comunidad pequeña, manejable y que no olvida tener en cuenta el gusto y el oído por ejemplo, introduciendo la comida como un recurso cotidiano de aprendizaje
6l cuarto eje, ?o tengo tiempo para aprender por que tengo que estudiar”, quiere enfatizar el hecho de que, en la actualidad, la educación se reduce en muchos casos a un simulacro pedagógico. Los procesos de enseñanza constituyen una representación donde el aprendizaje parece que sucede, pero no sucede en realidad. Por lo tanto, como docentes involucrados en la rEDUvolution tenemos la responsabilidad de transformar ese simulacro en experiencia para conseguir el aprendizaje signifi cativo
La pedagogía lleva demasiado tiempo anclada en dinámicas relacionadas con el miedo. Nuestra tarea será cambiar ese miedo por el placer provocador, un ingrediente imprescindible para deshacernos del suspenso, de la angustia y del (des) aprendizaje ?uestras herramientas para realizar este cambio serán emplear el lenguaje narrativo e introducir el extrañamiento, la sorpresa y los detonantes… Sacaremos lo predecible de nuestras aulas para dejar espacio a lo inesperado J, a la hora de plantear propuestas basadas en la experiencia, no podemos olvidarnos de recuperar lo autobiográfi co, el discurso audiovisual, las redes sociales, lo dinámico y lo performativo.
Llegamos así a otra de las reivindicaciones de la rEDUvolution: “aprender haciendo”, migrar de una educación fundamentada en la teoría a una basada en la práctica, donde se experimenta, se crea, se analiza, se cometen errores y las cosas se hacen bien o se hacen mal, pero se hacen.
Pero si queremos realizar una práctica rEDUvolucionaria completa, el quinto marco de acción consistirá en dejar de evaluar y pasar a investi gar” desde un enfoque cualitativo. Partimos de la convicción de que la evaluación ha fracasado como proceso efectivo, y aceptamos su carácter completamente subjetivo, por lo que nuestra tarea consistirá en descentralizarla para que ese centro del proceso educativo lo ocupe el aprendizaje =a investigación cualitativa nos ofrece muchas herramientas rEDUvolucionarias (diarios de campo, entrevistas, conversaciones y grupos de discusión) para que podamos obtener una visión mucho más rica de lo que está ocurriendo en nuestra clase que mediante un examen. Además, de esta forma el proceso dejará de ser unidireccional y el trabajo de refl exión e investigación aUectará a todos los agentes que formamos parte de la comunidad de aprendizaje