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El libro está más cerca en la era digital

En el presente artículo, el autor pasa revista a los principales avances de la tecnología digital que han revolucionado la actividad lectora en las últimas décadas, ya sea incrementándola o modificando las maneras de realizarla. Así, pone de relieve sus características, su potencial y sus aportes más significativos, si bien no deja de augurar una larga convivencia de la lectura digital y la lectura sobre el papel en el futuro.

Los libros digitales, o e-books, dejaron de ser una novedad hace varios años en países como Estados Unidos y Corea del Sur. De hecho, los estudiantes del país asiático solo utilizan textos académicos digitales a partir de este año.

Colombia no es ajena a esta tendencia, pues cada vez son más los títulos disponibles; crece el uso de dispositivos como las tabletas, y el acceso a Internet fijo y móvil ya ha llegado a buena parte de la geografía nacional. Incluso, la Biblioteca Nacional realiza la Semana del Libro Digital, con el fin de promocionar su uso.

Con la distribución de tabletas y computadores portátiles que el Gobierno ha realizado durante los últimos años en los colegios públicos de todo el país, es de esperar que buena parte del material de consulta utilizado sea digital. Lo que es lógico si se tiene en cuenta que un e-book es más económico que el libro de papel, pues los costos de producción y distribución se reducen significativamente.

Claro, esta tecnología requiere de insumos básicos para funcionar, como por ejemplo, una fuente de energía eléctrica, acceso a Internet y contenidos originales.

Pero el beneficio puede ser enorme en la educación. El libro electrónico llega a los sitios más apartados con versiones actualizadas de textos académicos y a menor costo.

Esta ventana al conocimiento universal se puede aprovechar mediante la implementación de modelos de préstamos de libros a través de la Web, por ejemplo, desde las bibliotecas públicas que, previo acuerdo con las editoriales, cuentan con licencias para distribuir el material.

Si bien, los libros digitales son una tendencia que toma cada vez más fuerza, un alto número de contenidos se encuentra en inglés, lo que hace que su crecimiento no sea tan vertiginosos en regiones de habla hispana como lo es en otras partes del mundo. Además, los libros académicos (para educación superior) no se han convertido al formato digital con la misma velocidad que otros géneros, como las novelas románticas y la ciencia ficción. Sin embargo, es solo cuestión de tiempo.

Pero su potencial es enorme, ya no habrá libros “imposibles de conseguir”; todo estará en Internet

De Gutenberg al e-book

Como sucedió cuando se afirmó que la radio desaparecería con la aparición de la televisión, o con Internet y la prensa escrita, los libros impresos no van a dejar de producirse, pero tendrán que convivir con un hermano menor que llegó para quedarse y, de paso, modificar la estructura del sector editorial, prácticamente lineal, que iba del autor al editor, luego a las librerías y, por último, al lector. Este modelo, desde el siglo XV, con la invención de la imprenta, no había experimentado mayor cambio.

La lectura de los libros digitales se realiza primordialmente en dispositivos móviles como el e-book reader, las tabletas y los teléfonos inteligentes. Eso no significa que la pantalla de un computador no sirva para leer, pero la experiencia es distinta.

De estos cuatro dispositivos mencionados, el más cómodo para leer es el e-book reader, pues funciona con la tecnología e-ink que da la sensación de estar mirando las páginas de un libro (escala de grises), cansa menos los ojos y consume muy poca energía.

Para el 2007 se habían vendido 400.000 e-readers en Estados Unidos durante más de una década, una cifra poco relevante ya que no había una amplia oferta de títulos y eran aparatos muy limitados. Pero en noviembre de ese año, el mayor vendedor de libros del mundo, Amazon.com, lanzó su lector Kindle, el cual fue un éxito instantáneo. ¿Por qué?

En primer lugar, estaba equipado con un diccionario, un teclado Qwerty (como el de los teléfonos BlackBerry), acceso a Wikipedia, memoria para almacenar hasta 200 títulos expandible mediante una tarjeta SD, una batería que podía durar hasta una semana y conexión a Internet móvil.

La clave del éxito del Kindle se fundó especialmente en los 100.000 títulos que Amazon puso a disposición de sus usuarios entonces (hoy ofrece más de 2.700.000) y la capacidad que otorgó a sus clientes para buscar, elegir y descargar los contenidos en cualquier momento y lugar.

Cuando Amazon inició el desarrollo del Kindle, en 2006, el mercado de libros digitales era de 3 millones de dólares, menos del uno por ciento de las ventas de libros en Estados Unidos. Cinco años más tarde, ese negocio le representó a la compañía minorista de Internet 1.000 millones de dólares. Lo que nos da un panorama de la nueva realidad por la que atraviesa la industria editorial.

Los lectores Kindle de Amazon actualmente cuestan entre 69 y 189 dólares, están equipados con una pantalla de 6 pulgadas que no produce brillo y, gracias a la tecnología e-ink, pueden utilizarse en cualquier condición de luz, tienen capacidad para almacenar 1.000 libros, caben en un bolsillo, son ligeros, la batería puede durarles hasta 8 semanas y tienen conexión wifi. Mientras tanto, el modelo de más alto precio permite conectarse a Internet sin costo en casi cualquier parte del mundo (donde haya red 3G) para descargar libros, diarios y revistas de Amazon o, incluso, acceder al correo electrónico, pues trae una tarjeta SIM que no necesita recargarse.

Cabe señalar que otras marcas como Sony y Barnes and Noble también ofrecen dispositivos similares.

Si bien los e-readers son objetivamente más cómodos para leer que una tableta, estas pueden acceder a todo el contenido que está en Internet, utilizar aplicaciones, reproducir video en streaming, comunicar y descargar libros de distintos sitios.

Tabletas, una opción más amplia

La tecnología hoy permite tener los títulos preferidos en la nube, así que en cualquier dispositivo se podrá acceder a uno de los libros. Por ejemplo, usted puede leer en su tableta en la noche, seguir la lectura donde la dejó desde su teléfono inteligente mientras viaja en el transporte público hacia el trabajo y, en un momento de descanso, continuar la lectura en un PC.

El ecosistema del libro digital permite una gran cantidad de posibilidades. Por ahora tenemos réplicas de libros impresos, pero cada vez con más apoyos audiovisuales distintos y acceso a más información. Todo depende del ingenio y la creatividad de quien los realice, porque no hay límites.

Como sucedió cuando se afirmó que la radio desaparecería con la aparición de la televisión, o con la Internet y la prensa escrita, los libros impresos no van a dejar de producirse, pero tendrán que convivir con un hermano menor que llegó para quedarse y, de paso, modificar la estructura del sector editorial.

Hay grandes y ambiciosos proyectos que pronto serán una realidad. Es el caso de la compañía tecnológica EMC, que está digitalizando toda la biblioteca del Vaticano, es decir, uno a uno los ejemplares que allí se han almacenado por siglos y que albergan buena parte del conocimiento del hombre. Y todo estará a solo un clic de distancia para quien desee consultarlo.

Con plataformas sociales como Goodreads. com o Quelibroleo.com, es posible acceder a recomendaciones, críticas y novedades. Estas plataformas permiten al lector llevar una especie de agenda de lo que lee, y encontrar otros usuarios que compartan sus gustos y sirvan para guiarle en futuras lecturas.

Algunas aplicaciones para tabletas y teléfonos móviles

Kindle

Esta aplicación permite leer más de un millón quinientos mil libros de la Tienda de Amazon en una interfaz sencilla y fácil de usar. Ofrece más de 1.400 libros digitales gratuitos, todos organizados en bibliotecas. Permite ajustar el tamaño de la letra, el brillo de la pantalla y elegir el color de fondo. Su mayor utilidad está en que se puede comprar el contenido y visualizarlo en un e-reader, un teléfono inteligente, un computador (PC o Mac) o una tableta que corra sobre cualquier plataforma.

Kobo Books

Esta opción le posibilitará al usuario leer cientos de miles de e-books gratis, así como tener acceso a la tienda Kobo, donde podrá comprar 3,2 millones de libros, periódicos y revistas (según su anuncio). También le permitirá al lector comparar sus estadísticas y hábitos de lectura con usuarios conocidos, compartir ideas con las personas que están leyendo los mismos libros que él o consultar dudas. Esta alternativa se encuentra disponible para iOS y Android.

Book Crawler

Con este dispositivo, el usuario puede llevar una base de datos detallada de los libros que va leyendo, aparte de hacer listas de lecturas futuras, leer resúmenes, reseñas y ver en qué librería se encuentran. Está disponible para equipos Apple.

WattPad

El usuario de esta opción puede elegir entre más de 10 millones de libros gratuitos. Además, la aplicación permite conectar con algunos escritores así como leer sin necesidad de estar conectado a Internet y sincronizar las lecturas en el móvil y la tableta.

Google y Apple también tienen sus tiendas y aplicaciones de lectura.

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