Toda nación es siempre una coral hacia la paz. Desde los tiempos de
Kant así se proclama, pero se advierte que la paz no es solo ausencia de
guerra sino también construcción de ciudadanía, como puente hacia la
felicidad y plenitud de la sociedad.
Por lo mismo, cada madrugada la nueva luz del día debe ser un llamamiento
para buscar esas formas de bienestar y para convertirse en agentes de esa transformación. En especial dicha convocación debe llegar a los rectores y a los docentes, que son los que trabajan con las personalidades
en formación.
Las nuevas pedagogías, dentro del aula tanto como fuera de ella, deben cifrarse en el poder de la palabra que conduzca al acuerdo en lugar de llevar al desacuerdo. Y en donde se enaltezcan los valores de la moral y la justicia, y se respete su integridad. Nada que eleve tanto la dignidad del ser humano, como enseñar. Y sobre todo, enseñar a enseñar.
Colombia entera está movilizándose, en una u otra forma, hacia ese clamor.
El cual representa la expresión de hacer patria unida y fecunda en su diversidad.
Tal es nuestro mensaje: ser constructores de paz en una patria llena de justicia, de educación y de esperanza. ¡Seamos constructores de paz y grandeza!