El acto educativo precisa de nuevos paradigmas de aprendizaje: pasar de una educación centrada en el docente que transmite información a un rol del docente como orientador, facilitador y gerente del proceso educativo a una educación centrada en el estudiante como sujeto activo que construye su conocimiento. El aprendizaje colaborativo que promueve el construir conocimiento en grupo, cambia el concepto del estudiante, de “cliente” a “participante”.
Otro aspecto que requiere modificarse es el concepto de tiempo: todo el mundo puede aprender pero con ritmos diferentes. Hay que promover sistemas más personalizados y flexibles que promuevan el aprendizaje independiente, y grupal, es decir personalizado y colaborativo.
Finalmente el concepto de espacio educativo también ha cambiado. El aprendizaje no solo se da en la clase, en la escuela, el aprendizaje es parte inherente de la vida diaria, el hogar, el trabajo, la comunidad, etc. Por eso hay que pensar más allá de las escuelas, de las universidades, hay que crear una sociedad del conocimiento, que aprende permanentemente, en ambientes formales y no formales.
El rol de la tecnología es crucial pero requiere de los cambios en la pedagogía. La tecnología es parte de una revolución educativa pero no la puede liderar sola, aun cuando sí la puede facilitar y estimular. Como decía hace unos años, el Director de Estudios sobre Tecnología en Israel, Luis Osin, “Introducir computadores en el aula, sin cambiar los métodos pedagógicos, es perpetuar una técnica tradicional a un costo más alto”. Una verdadera revolución educativa requiere conjuntamente de los cambios pedagógicos y tecnológicos.
Un modelo flexible para la educación de calidad exige la creatividad de los docentes y los directivos docentes, para adecuarse a los lineamientos curriculares nacionales, formular un plan educativo institucional contextualizado y, la acción más retadora, desarrollar un currículo pertinente que dialogue con las realidades del territorio, de los niños y de los jóvenes.
Surge así el sistema Escuela Nueva, como un modelo que logra integrar de manera sistémica, los componentes pedagógicos para niños y maestros, los mecanismos de vinculación de la comunidad, un proceso sistemático de capacitación y seguimiento para los maestros y, un papel apoyador en la gestión escolar por parte de las autoridades educativas. Escuela Nueva logró convertirse en un programa innovador, escalable y replicable; inicialmente implementada en escuelas multigrado en zonas con baja densidad de población; logró pasar de unas experiencias de la nueva escuela hasta convertir al programa Escuela Nueva en política pública. Un sistema que logra transformar la complejidad en acciones simples y concretas. Diseñado desde la valoración de las experiencias previas, “construir sobre lo construido”: integrar los aprendizajes de las escuelas con los enfoques de la pedagogía activa para presentar alternativas renovadoras y transformadoras de las aulas, de las escuelas y de la educación.
El enfoque integral del proceso formativo que constituye la misión de todas las instituciones educativas, debe orientarse al desarrollo de habilidades para la vida de las niñas, niños y jóvenes; fortaleciendo la autoestima y el liderazgo para el trabajo en equipo, el reconocimiento del otro, la asociatividad, la ciudadanía, la convivencia y el comportamiento democrático. Docentes y directivos docentes orientados a generar desde las aulas y desde el entorno escolar y la participación de la comunidad, los espacios y prácticas para el desarrollo de las destrezas socioemocionales y de emprendimiento de los estudiantes que participan en el mundo globalizado del siglo XXI. La globalización aumenta la competencia y esto significa que nuestro recurso humano requiere no solo de las destrezas y conocimientos elementales y básicos como el de de poderse comunicar de manera escrita y verbal, de tener los conocimientos básicos de cálculo y número sino adicionalmente se requieren más destrezas especializadas. Hay una mayor demanda por el conocimiento interdisciplinario y por las destrezas del siglo XXI tales como el trabajo en equipo, la colaboración, la solución de problemas y la creatividad.
En 2002 el investigador Clemente Forero de la Universidad del Rosario realizó un estudio sobre los aspectos de participación, comportamientos democráticos, liderazgo y convivencia pacífica en centros educativos de Escuela Nueva en paralelo con centros educativos con modelos convencionales. Concluye que Escuela Nueva ha demostrado resultados superiores a escuelas convencionales, aún en ambientes marcados por la violencia. “Las reglas del juego al interior del aula definen una práctica que se vive al interior de la escuela, en los materiales, en la forma de aprender, en la organización escolar y en las formas de interacción” 1 .
Hace unos cinco años, la Fundación Escuela Nueva, con el apoyo del Ministerio de Educación Nacional, con el ICFES y con Colciencias, tuvimos la posibilidad de invitar al profesor Francois Taddei, Director del Centro de Estudios Interdisciplinarios de París, quien dictó una excelente conferencia, basada en su informe a los países europeos en el año 2009, el año de la Creatividad, titulada “Formando Constructores de Aprendizaje Colaborativo para la Creatividad. El reto para el siglo XXl”. Resaltó las megacompetencias que deben ser parte de cualquier currículo para desarrollar en los estudiantes Destrezas para el siglo XXI, como son: Aprender a aprender, Sintetizar información, Probar el conocimiento, Aprender a colaborar, Aprender a criticar, Aceptar la crítica, Comunicar las ideas utilizando todos los instrumentos existentes, Tomar iniciativas, Tomar riesgos y Ser creativos.
Alfredo Hernando CALVO (2015) presenta las Escuelas siglo XXI 2 y registra en uno de sus apartes: …“desarrollan una forma de estar en el aula que se caracteriza por la organización en círculos de aprendizaje, la generación de roles y la creación de secuencias didácticas que implican la participación activa y autónoma de los alumnos. Escuela Nueva se ha especializado en crear comunidad gracias al aprendizaje cooperativo.”… “En la actualidad, el modelo de Escuela Nueva funciona siguiendo tres grandes ejes para mejorar la experiencia de la escolarización: un eje de comunicación, otro de gestión escolar y, por último, el de atención pedagógica”.
El New York Times publicó el artículo Hacer de la escuela una democracia, de David L. Kirp (2015) 3 , quien visitó Escuela Nueva en el departamento del Quindío, invitado por la FEN. En él expone el modelo Escuela Nueva como un ejemplo del cual se puede aprender la democracia a través de distintas experiencias en la escuela. Y textualmente expresa: “Yo estoy convencido que este modelo puede tener un impacto universal en la vida de decenas de millones de niños no solo en los países en desarrollo sino también en los Estados Unidos”. Ya anteriormente, en 2013, el New York Times había publicado un artículo destacando Escuela Nueva como un modelo revolucionario que transforma el paradigma tradicional de enseñanza, donde el profesor es el único que habla y transmite información en la clase (Hamdan, 2013).
La conformación de Redes de Docentes integrados por intereses comunes, por proyectos, por líneas de investigación pedagógica, ha mostrado ser una estrategia de sostenibilidad de Escuela Nueva Activa®, dinamizando la formación entre pares y la innovación en las prácticas pedagógicas y didácticas en las aulas; a partir de las fortalezas y las necesidades de las instituciones educativas, los docentes proceden a sumar sus saberes para encontrar soluciones, con experiencias educativas probadas, efectivas y articular propuestas curriculares flexibles pertinentes a los proyectos educativos institucionales.
Con los nuevos recursos de las tecnologías de la información y de la comunicación, la Fundación Escuela Nueva cuenta con una plataforma para las nuevas redes de docentes: RENUEVA, que se constituye en el campus virtual de Escuela Nueva y ha sido concebido como una herramienta para la comunidad de práctica. La FEN ha hecho énfasis en procesos y contenidos que fomentan la educación para la paz, la convivencia, la tolerancia y el emprendimiento. La educación para la paz no solo debe aproximarse como un contenido sino a través del aprendizaje participativo. Hay evidencia empírica de como este estilo de aprendizaje reduce estereotipos y prejuicios, fortalece la autoestima, promueve la equidad de género y el manejo de la diversidad y el pluralismo en el aula.
Quiero resaltar la importancia del papel que deben tener todos los actores de la sociedad, especialmente el sector privado y la sociedad civil. Las dos Conferencias Mundiales en Educación más importantes en Jomtien, Tailandia y en Dakar, Senegal, afirmaron en sus Declaraciones que la educación es tan vital e importante para la sociedad que no puede ser solo responsabilidad del sector educativo o de los Ministerios, “que se requieren nuevos actores, nuevas alianzas y nuevos sectores”. Afortunadamente en Colombia esta responsabilidad de las empresas es cada día mayor. La alianza pública privada es indispensable. El Estado lidera la cobertura y el sector privado y la sociedad civil contribuyen a la calidad y la sostenibilidad.
Se debe construir, tomando como base aquellas experiencias educativas con resultados probados, las lecciones aprendidas y los elementos y factores claves, y promoviendo alianzas del Estado con organizaciones de la sociedad civil. Así se logrará que todos los niños, las niñas y los jóvenes de Colombia, puedan asistir y permanecer en una escuela donde disfruten y sean participantes activos de su aprendizaje, donde aprendan a aprender, aprendan a convivir pacíficamente y adquieran las competencias que el mundo de hoy y su entorno les exigen.
Los colegios y las instituciones educativas, privadas y públicas, rurales y urbanas, deben hacer explícitas en sus currículos las destrezas del siglo XXI, para promover habilidades de liderazgo y emprendimiento. Orientar las rutas, las estrategias, los contenidos, los recursos y las didácticas, el ambiente escolar, para prepararse y desarrollar en los estudiantes su potencial y dar respuesta a un mundo que demanda ciudadanos locales y globales; que tomen la iniciativa y lideren procesos, con capacidad para tomar riesgos; que hagan críticas constructivas y también, aprendan a aceptar críticas. Estas habilidades construyen nuevas formas de pensar: con creatividad e iniciativa, con un pensamiento crítico que apoya la toma de decisiones y la resolución de conflictos; disposición para aprender más allá del nivel literal y desarrollar capacidad de síntesis del conocimiento y la experiencia.
Se requieren nuevas formas de trabajar: destrezas comunicativas para escuchar, escribir, hablar; la capacidad de colaborar y participar en equipos de trabajo; seguir instrucciones y cumplir con sus compromisos con calidad y oportunidad; hacer uso de las herramientas de las tecnologías de la información y de la comunicación.
Escuela Nueva y Escuela Urbana Activa®, implementadas de manera sistémica e integral con procesos e insumos de calidad, definitivamente son metodologías de punta que pueden contribuir al propósito de lograr ofrecer una educación pertinente, contextualizada y globalizada para construir un mundo incluyente, solidario y mejor para todos.
Referencias
- FORERO, Clemente y otros. “Escuela Nueva ́s Impacto n the Peaceful Social Interaction of Children in Colombia” en Education for All and Multigrade Teaching: Challenges and Opportunities, por Angela Little. Instituto of Education. University of London, U.K. 2006.
- CALVO, Alfredo Hernando. Viaje a la Escuela Siglo XXI. Así trabajan los colegios más innovadores del mundo. Fundación Telefónica. Madrid, España. Primera edición, octubre 2015. pp. 70-71.
- David L. Kirp, Profesor de Políticas Públicas de la Universidad de Berkeley.