Alison W. Steinbach. Quizás podrías comenzar describiendo tu trayectoria. ¿Cómo llegaste a la Escuela de Posgrados de Educación de Harvard (HGSE)?
Fernando Reimers. Llegué a la HGSE como resultado de una serie de circunstancias inesperadas. Nací en Venezuela de padres inmigrantes que tenían una firme creencia en que la educación era la clave para el progreso. Ninguno de mis padres había ido a la universidad y yo no tenía planes de ir a la universidad hasta mi tercer año de secundaria. Ese año, el gobierno de Venezuela lanzó una iniciativa ambiciosa: el Ministerio para el Desarrollo de la Inteligencia Humana. Al leer acerca de las iniciativas para ayudar a que las personas desarrollaran sus talentos al igual que dos libros escritos por el Ministro Luis Alberto Machado se despertó mi interés en adelantar una carrera en educación. Uno de esos libros, La Revolución de la Inteligencia, exponía que los talentos de las personas se desarrollan como resultado de la oportunidad. El otro, El Derecho a Ser Inteligente, discutía que es obligación de un estado democrático crear las condiciones para que las personas desarrollen sus talentos. Decidí, al leer esos libros, que enfocaría mis energías en tratar de crear condiciones de modo que las personas pudieran desarrollar sus talentos. Asistí a la Universidad Central de Venezuela y apenas me gradué, me contrataron como profesor en el Departamento de Psicología Experimental. Durante mi época de estudiante de pregrado, vine a la Escuela de Verano de Harvard para aprender inglés. En Harvard, conocí al profesor B.F. Skinner en el Departamento de Psicología, cuyo trabajo yo venía siguiendo desde Venezuela, así como también conocí al profesor Terry Tivnan de la Escuela de Postgrado en Educacion de Harvard, quien me sugirió considerar venir a Harvard a seguir mis estudios de postgrado. También me enamoré de la Biblioteca Widener de Harvard. Esa visita aumentó la posibilidad de venir a Harvard a estudiar mi postgrado. Como profesor universitario en Venezuela, estuve estudiando cómo aumentar la creatividad de los niños en los preescolares, y este trabajo me despertó el interés por escalar programas innovadores que me condujeron a seguir estudios doctorales en planeación educativa y política social en la HGSE.
Siendo estudiante de postgrado, me invitaron a trabajar para el Instituto Harvard de Desarrollo Internacional (HIID, por sus siglas en inglés), un centro universitario interdisciplinar que brindaba
asesoría a gobiernos extranjeros para promover el desarrollo. Trabajé en un proyecto grande de investigación relacionado con educación básica en países en vías de desarrollo. Trabajé para el HIID por ocho años una vez me gradué, haciendo investigación en efectividad escolar en Paquistán, Egipto, Jordania y varios países de América Latina. Luego trabajé como Especialista en Educación para el Banco Mundial, y posteriormente regresé a Harvard para unirme al profesorado de la HGSE. Mi trayectoria profesional está muy distante de lo que había planeado en el pregrado, e incluso en el postgrado, aunque el objetivo en el que he tratado de avanzar —ayudar a crear las condiciones que permitan que las personas desarrollen sus talentos— es el objetivo que se cristalizó para mí cuando decidí ir a la universidad.
AWS. ¿Qué es lo qué más te gusta de Harvard? ¿Qué es lo que menos te gusta?
FR. Principalmente disfruto a los estudiantes y a mis colegas y demás miembros de la facultad. Me gusta que Harvard es una comunidad muy ética, movida por propósitos nobles, y por profundas raíces históricas. Es es fuente continua de inspiración saber que somos una pequeña parte de una institución cuyo impacto se expande a través de los siglos, en el pasado y en el futuro. En términos de lo que menos me gusta, diría que el ocasional lentitud en lograr cambios en la institución.
AWS.Tu principal interés académico se centra en la educación internacional. ¿Qué involucra específicamente el estudio de la “educación internacional” y cómo te interesaste inicialmente en este campo?
FR. La educación internacional se desenvuelve en dos dominios relacionados: 1) el estudio comparativo de la educación, y 2) el estudio de la educación con el propósito de promover el desarrollo y avance de la educación en el los países en vías de desarrollo donde vive el 90% de las personas jóvenes del mundo. Mis intereses originales se basan en trabajar en el avance del desarrollo de la educación en Venezuela (el segunda acepción del termino “educación internacional”). El curso de mi vida y educación ampliaron mi interés a los condiciones educativas en diversos países, también, así como trabajar en una variedad de naciones moldeó mi interés en la educación comparativa, ayudándome a descubrir el poder del análisis comparativo para informar las políticas y las reformas.
AWS. Tú eres el director del Programa de Política Educativa Internacional de Harvard así como también diriges la Iniciativa Innovadora en Educación Global. ¿Cuáles son las misiones y los propósitos de estos programas?
FR. Uno de los primeros proyectos que emprendí al unirme al cuerpo profesoral de la HGSE fue diseñar un nuevo programa en educación internacional que preparara individuos interesados en liderar reformas a los sistemas educativos alrededor del mundo, con el propósito de educar bien a todos los niños. Hoy más de 700 egresados del Programa de Política Política Internacional conducen programas alrededor del mundo para expandir la oportunidad educativa y asegurar que la educación que reciben los niños es relevante. Aprendo mucho de mantenerme en contacto con ex-estudiantes a quienes visito a menudo durante mis viajes al igual que muchos de ellos que regresan a visitarnos.
La Iniciativa Innovadora en Educación Global es una creación más reciente. Es una consorcio de instituciones en ocho países alrededor del mundo con el cobjetivo común de discernir cómo preparar mejor a los estudiantes con las competencias que ellos necesitarán para llegar a ser arquitectos de su propia vida y miembros contribuyentes de sus comunidades. Nosotros llevamos a cabo investigaciones comparativas aplicadas para tener luces en cómo apoyar mejor a las escuelas públicas para ofrecer educación relevante en cuanto a las exigencias que los estudiantes encontrarán en sus vidas. Apoyamos y participamos en la investigación y los diálogos de políticas con las instituciones líderes, con el objetivo de transformar la educación de modo que empodere a los estudiantes. Nosostros desarrollamos programas que pueden ayudar a aumentar el impacto de los hallazgos de nuestras investigaciones. En nuestro más reciente libro, Enseñanza y Aprendizaje para el Siglo XXI, se analiza en qué formas la educación pública ayuda a los estudiantes a desarrollar las competencias necesarias en nuestra época. Otro libro reciente, Quince Cartas sobre la Educación en Singapur, presenta las lecciones aprendidas por un grupo de educadores de Massachusetts, quienes discutieron con sus colegas de Singapur cómo apoyar una enseñanza y aprendizajes efectivos.
AWS. Has escrito acerca de la “competencia global” que los estudiantes necesitarán para navegar en la vida en el siglo XXI. ¿A qué te refieres con eso?
FR. El desarrollo de las tecnologías de telecomunicación y de computación en las últimas tres décadas ha transformado las formas en las que producimos bienes y servicios y participamos en la sociedad, dando como resultado que las interacciones entre las personas de diversos origenes culturales y nacionales se hayan intensificado. Este proceso se llama globalización. La competencia global y el cosmopolitanismo son formas de saber al tiempo que son planes y habilidades para entender este proceso, y para que uno mismo tenga sentido en un mundo cada vez más interdependiente, y en las que uno escoge comprometerse con el mundo en formas en las cuales se avanza en la sostenibilidad y la paz mundial. Una forma avanzada de competencia global, por ejemplo, ayudaría a que una persona entendiera que existen retos globales que enfrentamos, y que enfrentar esos retos requerirá la colaboración con individuos más allá de las fronteras nacionales, y que incluirían la inclinación y la capacidad para resolverlos en forma conjunta. Yo le llamo a esta etapa ciudadanía global.
Mis colegas y yo hemos publicado recientemente un libro titulado Empoderando a los Ciudadanos Globales, el cual explica por qué es crucial educar a los estudiantes para que sean ciudadanos globales. El libro ofrece un plan de estudios de preescolar a grado 12, diseñado para ayudar a desarrollar en los estudiantes ese cosmopolitanismo y compromiso para mejorar el mundo.
AWS. También lideras el Grupo de Reflexión Anual sobre Educación Global en Harvard. ¿Cuáles son los objetivos de esas sesiones?
FR. El Grupo de Reflexión Anual sobre Educación Global es una plataforma que reúne a líderes en educación comprometidos con el avance de la ciudadanía global, de modo que podamos aprender uno del otro, hacer que el campo avance, proyectarnos a más colegas y estudiantes, y finalmente, permitir que más estudiantes tengan la oportunidad de convertirse en ciudadanos globales empoderados.
AWS. ¿Cuáles, dirías tú, son algunos de los temas más importantes en educación internacional?
FR. En los últimos setenta años, desde que la educación fue incluida como un derecho en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la humanidad ha experimentado una “revolución silenciosa”. Esta revolución nos llevó de ser una especie en la cual la mayoría de sus miembros no tenían ningún nivel de escolaridad a una sociedad donde la mayoría de nuestros jóvenes pasan un período significativo de sus vidas en la escuela. Este es un logro notable. Nosotros ahora le brindamos a casi todos los niños la oportunidad para que aprendan intencionalmente lo que la generación anterior considera que debe preservarse, y lo que nosotros creemos que les ayudará a mejorar el mundo.
Los desafíos mas importantes que debemos resolver se basan sobre los logros de esta revolución silenciosa. Lo primero de este trabajo es brindar el acceso a los niños que deberían estar en la escuela, pero que no lo están —alrededor de 60 millones de niños, la mayoría niñas, y la mayoría de ellos pobres, que viven en zonas afectadas por conflictos o marginados socialmente de alguna otra manera—. El segundo es asegurar que la enorme inversión de tiempo y recursos que los niños, sus familias y las sociedades hacen para brindarles una educación se use de tal manera que realmente empodere a los estudiantes, y que permita que estos se vuelvan forjadores de su propio camino y, a la vez, se preocupen por sus comunidades, con la capacidad de asociarse con los demás para mejorar el mundo. Esto significa que tenemos que asegurarnos de que la educación sea relevante, y que los profesores y las escuelas sean efectivos.
De estos dos imperativos se desprende el reto de la preparación de los docentes. Que la escuela logre tener éxito en empoderar a sus estudiantes es ampliamente dependiente de cuán expertos son sus maestros. Descifrar cómo construir la profesión docente del siglo XXI es un asunto crucial en la educación global.
AWS. ¿Qué se puede ganar al estudiar la educación desde una perspectiva internacional? ¿Cómo puede el estudio de la educación internacional ser útil para los profesores y la escolaridad en los Estados Unidos?
FR. Aprendemos de las comparaciones, y el mundo es un laboratorio mucho más rico de práctica educativa que cualquier distrito escolar, o incluso que todos los Estados Unidos. No es factible entender cómo la educación hace la diferencia en una persona o una sociedad estudiando solamente las jurisdicciones donde todas las personas asisten a la escuela, y es difícil imaginar cómo construir un sistema que apoye una docencia de alta calidad mirando a un lugar donde las dimensiones de tal sistema son invariables.
El estudio comparativo de la educación comenzó con la creación de los primeros sistemas de educación pública de la Revolución francesa, y se intensificaron en el siglo 20 con la formalización del campo de la educación comparativa. La creación de la educación pública en los Estados Unidos se benefició de las observaciones hechas por John Quincy Adams con respecto al sistema educativo de Silesia, una región de Europa Central en lo que hoy es Polonia, en sus Cartas de Silesia, y del análisis de Horace Mann de los sistemas educativos de Alemania y Francia. Gran parte de la revolución silenciosa que ha expandido el acceso a la escuela a la mayoría de los niños desde 1947 se sustentó en los estudios comparativos y la transferencia de ideas educativas alrededor del mundo.
Tenemos mucho que ganar en los Estados Unidos al estudiar los sistemas educativos en las naciones donde la educación es una prioridad significativa. Por ejemplo, Singapur es una nación pequeña que ha logrado una coherencia notable en diferentes políticas para apoyar que sus profesores enseñen con altas expectativas. Las escuelas con desempeño alto en China forman alianzas con otras escuelas que les suministran profesores con oportunidades para que aprendan en redes de trabajo de colegas en formas que no son habituales en los Estados Unidos. A la par que buscamos formas de construir una profesión docente del siglo XXI en los Estados Unidos, podemos aprender de la experiencia comparativa en otros países como Finlandia y Singapur, donde los incentivos y los mecanismos de selección atraen a candidatos muy afectos a la profesión, donde la preparación inicial equilibra la teoría y la práctica con las demandas de oportunidades de aprendizaje en las escuelas, y en donde las trayectorias en la carrera y el desarrollo profesional sustentan el aprendizaje continuo de los profesores y los directores. Más generalmente, podríamos aprender mucho de otros y con los otros, para idear cómo alinear los currículos con los retos más grandes que enfrentamos, por ejemplo, el reto de promover la tolerancia religiosa, la promoción de la inclusión social, ayudar a las personas a entender la belleza y la promesa que hay en nuestra diversidad y promover interacciones sostenibles con el medioambiente. Hay innovaciones educativas significativas para enfrentar estos retos en muchos países alrededor del mundo, y ciertamente podríamos que utilizar un poco de ayuda en los Estados Unidos al educar a nuestros estudiantes para que tengan mayor capacidad de aceptar a otros, para que sean de mente abierta, comprensivos y se preocupen por los demás.
AWS. ¿Tienes algunos ejemplos personales de cómo la educación internacional ha influido en tu trabajo como docente o investigador?
FR. Mis nociones de la escala de las aspiraciones que pueden motivar el cambio educacional y de la velocidad en la cual es posible lograr innovación educativa han sido influenciadas en gran medida por el trabajo con colegas en instituciones alrededor del mundo. La velocidad de la transformación educativa en China, por ejemplo, es notable teniendo en cuenta el tamaño del país, así como también la velocidad con la que nuevos programas de educación superior se han desarrollado en Brasil o México. La forma en la que Singapur construyó un sistema educativo notable de la nada en solo cinco décadas es una fuente de muchas lecciones acerca del poder de políticas claras y liderazgo efectivo para producir resultados. La clara articulación de las aspiraciones educativas con fuertes objetivos de desarrollo social y económico que he visto en la educación de preescolar a grado 12 en Singapur, o en programas de educación superior en México han moldeado mi forma de pensar y mis expectativas acerca de lo que es posible. Mi aprendizaje obtenido en el extranjero también informa los diversos roles que juego, bien sea como profesor en Harvard, un miembro del Consejo de Educación Superior de Massachusetts donde presido el Comité de Planeación Estratégico que trabaja con todas las universidades públicas en el estado, o como miembro de varios consejos de organizaciones educativas en las que también presto mis servicios.
AWS. ¿En qué estás trabajando actualmente y qué lecciones generales has aprendido?
FR. Lidero la Iniciativa en Innovación en Educación Global de Harvard. En el momento, estamos trabajando en un estudio de programas que ayudan a los profesores a desarrollar la capacidad de transformar su práctica de modo que sus estudiantes desarrollen un amplio rango de habilidades cognitivas, interpersonales e intrapersonales para que se conviertan en seres empoderados y contribuyentes que puedan mejorar el mundo.
AWS. Tú diste el discurso de graduación en la HGSE en mayo pasado. En esa intervención dijiste que para aprender a transformar el mundo, teníamos que hacer este trabajo en el mundo. ¿De qué manera estás comprometido con la práctica de la educación? ¿Cuáles son algunas de las actividades más emocionantes en las que estás actualmente involucrado?
FR. El tema de la campaña de la HGSE es “Aprende a cambiar el mundo”. Esto hace alusión a cómo avanzamos en conocimientos y cómo enseñamos, basados en ese conocimiento, para preparar a nuestros estudiantes con el fin de mejorar en el campo de la educación.
Hay varias formas de evaluar el conocimiento y la enseñanza que se base en él. Una de estas formas es preguntar: “¿Es verdadero?” Normalmente respondemos esta pregunta por referencia a cómo este conocimiento se ha generado. Si los métodos utilizados son aceptados por la comunidad científica y si producen un acuerdo entre miembros de la comunidad de investigación, podemos decir que algo es verdadero. Otra forma de evaluar el conocimiento y la enseñanza que transmite es preguntando: “¿Es importante?” Esta pregunta necesita una mayor cualificación: “¿importante para quien?” En un campo profesional como la educación, esta pregunta debe incluir a aquellos quienes practican la profesión: los profesores, los líderes escolares, los administradores y los legisladores. Ellos necesitan darse cuenta de que el conocimiento y la educación que ofrecemos es pertinente a los problemas que están tratando de resolver. En este sentido, nuestra legitimidad es contingente con la capacidad que demostremos para transformar la empresa que estudiamos. La única forma que conozco de hacernos responsables de esta aspiración es involucrarnos con el mundo, estar en conversaciones constantes con aquellos que están trabajando día a día para mejorar la educación, y aprender de ellos y con ellos. Es solo cuando intentamos producir algún cambio en el mundo que podemos poner a prueba nuestras ideas acerca de lo que fue necesario y suficiente para producir ese cambio. Estoy muy interesado en aprender cómo ayudar a los líderes educativos a aprender y colaborar en formas que permitan que la acción colectiva cambie los sistemas que sostienen la oportunidad educativa.
La visita de la delegación de educadores que conduje a Singapur el otoño pasado es un ejemplo de ese tipo de compromiso. Ahora estamos compartiendo nuestros aprendizajes con una amplia variedad de responsables de la educación en Massachusetts. Diálogos similares son parte de lo que hacemos en la Iniciativa de Innovación en Educación Global con colegas en los Estados Unidos y alrededor del mundo. Estuve en China este verano colaborando con nuestros colegas allí, en un grupo de reflexión que reunió a los investigadores de educación y a los legisladores de China y de Estados Unidos, de modo que pudimos aprender uno del otro y desarrollar colaboraciones para el futuro. Otro experimento global que estamos llevando a cabo actualmente es una alianza que estoy liderando, que incluye ministros de educación y otros líderes de organizaciones educativas para producir un documento oficial sobre lo que debería suceder globalmente para mejorar significativamente la profesión docente.
AWS. Dijiste al principio de la entrevista que no planeaste terminar en Harvard. ¿Tienes algunos remordimientos?
FR. El año en que primero vine a Harvard, como estudiante de la escuela de verano, John Lennon compuso una canción acerca de sus experiencias con su hijo Sean, y que tiene la siguiente letra:
Antes de que cruces la calle toma mi mano.
La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes.
He aprendido a apreciar la sabiduría de esa cita, o la sabiduría en la expresión de Woody Allen: “Si quieres hacer que Dios se ría, cuéntale tus planes”. Estoy agradecido por el camino que mi vida ha tomado, incluso si no es el camino que yo había imaginado. Trabajo con estudiantes y colegas maravillosos en temas que se alinean con mis valores y con mi más profundo sentido de quién yo creo que soy y cuál es mi propósito. Estoy muy emocionado por lo que se viene, porque hay mucho trabajo por hacer para continuar avanzando en esta revolución silenciosa para empoderar a todas las personas de modo que ellas puedan, juntas, mejorar el mundo.