¿Cuál es el sentido de la literatura infantil?
Ante todo, la Literatura infantil no es un mundo aparte. Es parte integrante e importante de la gran literatura. “La Literatura infantil no es una pastilla pedagógica envuelta en papel de letras, sino Literatura, es decir, Mundo transformado en lenguaje”, decía Cristine Nostlinger.
Cuando decimos Literatura “infantil” o “juvenil”, estamos empleando un adjetivo incluyente, no excluyente. Lejos de significar una literatura solo para niños y jóvenes, estamos hablando de una literatura para todos, que incluye lógicamente a los niños y jóvenes. Entonces, es como si nos preguntáramos cuál es el sentido de la Literatura.
Además, Literatura no es solo lo escrito. La literatura, sin adjetivos, es ante todo arte de la palabra, cuyas creaciones pueden manifestarse de forma oral o escrita, representadas dramáticamente, cantadas o danzadas, y en diferentes soportes materiales: voz humana, libro, disco, cinta magnética, película, etc.
Todos estamos deseosos de oír historias. Ellas nos cuentan el mundo. Nos permiten vernos en ellas. Nos divierten, nos dan identidad, también nos cambian a su manera.
¿Por qué es importante la literatura en la educación inicial?
Desde que estábamos en el vientre materno, empezamos a leer el mundo.
Posiblemente desde la aparición de la conciencia, nos estamos haciendo estas mismas preguntas: ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué pasa afuera?
Y entonces empieza la interminable lectura del mundo. Nos interesan los rostros, los olores, los sabores, las texturas, los sonidos.
En esa lectura inicial, ocupa un lugar fundamental leer el territorio. Todos los seres vivos somos territoriales, desde la rana en su pantano, hasta el águila en la alta cima. Nuestro territorio es el Mundo, nos ocupamos entonces de leerlo. “Nombrar es apresar”, decía Cortázar. Nuestras palabras, nuestros relatos, están nombrando el mundo, de esa manera lo vamos haciendo nuestro. Nuestro entendimiento del mundo ha dado comienzo a nuestra marca del territorio. La importancia de la Literatura infantil, presente en sus diversas formas, radica en que me enseña a leer el Mundo, desde el inicio de la vida.
¿Qué beneficios trae la literatura infantil para el sano desarrollo cognitivo y emocional de los niños?
Los cuentos, relatos y leyendas nos llevan a mundos de fantasía que nos divierten y a la vez nos enseñan. A través de los cuentos se transmite a los niños sabiduría y se comparten sentimientos.
A todo niño le gusta oír contar cuentos. Para nosotros, sus adultos cuidadores es una bella forma de compartir con él un apasionante mundo de fantasía. Es emocionante ver cómo sigue paso a paso un relato de aventuras, literalmente las vive en carne propia.
Por medio de los cuentos los padres podemos hablar de temas difíciles que el niño necesita escuchar, se puede hablar de la muerte, del nacimiento, de la sexualidad, de la vejez, y prácticamente de todas las facetas de la realidad humana.
Los cuentos infantiles enriquecen la vida interior, le permiten al niño entender ciertas situaciones difíciles en la vida; además estimulan su imaginación y lo ayudan a desarrollar su inteligencia y a clarificar sus emociones.
Los cuentos infantiles le dan esperanzas respecto al futuro. Aprenderá que todos pasamos por momentos difíciles y que cada situación puede cambiar.
¿Cómo a través del uso de la literatura infantil podemos lograr la formación de ciudadanos del mundo?
La Literatura es un medio privilegiado para conocer al “Otro”. Cada obra literaria es la oportunidad de meterme en el mundo de “Otro”. Mientras mejor sea la obra literaria, ese mundo paralelo que él crea será más atrapante. Entramos en ese mundo extraño que es un libro, al principio sabemos que estamos fuera, damos el primer paso, poco a poco nos habituamos. Al principio, todo nos parece extraño, pero en el fondo los personajes son como nosotros, su realidad ficticia ilumina nuestra realidad cotidiana.
Escondida en las profundidades de esos personajes y sus conflictos hallamos nuestra propia humanidad. El libro es un espejo que nos permite construir nuestra identidad.
Mientras más libros lea, más mundos de Otros conozco. Ello me permite ponerme en los zapatos del Otro, comprenderlo. Así la lectura nos lleva por el mundo de la Tolerancia, que es indispensable para la convivencia. Y esta nos abre hacia la ciudadanía.
¿Cómo pueden los docentes y los padres de familia ser promotores de la literatura infantil?
En los niños pequeños es muy importante la “Oratura”. El amor a las palabras comienza desde el vientre materno. La madre le canta, lo arrulla. Antes de aprender a leer ya conocíamos otros lenguajes. El niño pequeño lee los latidos cardíacos de su madre, el ambiente familiar, las caricias, los enojos, la violencia. Desde los primeros días es un excelente lector de todo el lenguaje del cuerpo, que no necesita palabras. Las canciones de cuna y el tarareo son formas iniciales de lectura.
Es necesario hablarle al niño desde la época de recién nacido, contarle el mundo, decirle lo que está sucediendo, cantarle canciones, poesías, hacer rimas, silbar, acariciarlo. Así, el niño se introduce al mundo de los sonidos, de los gestos y de los símbolos, lo que le servirá para entrar, más tarde, al mundo de las palabras escritas y las pronunciadas.
A partir de los seis meses, al niño deben regalársele libros de láminas, de pasta dura o de tela o plástico. Es conveniente que pueda manipular su libro y tenga sentido de pertenencia.
Si los padres son lectores, los hijos lo serán también. Debemos de tener amor por la lectura y expresarlo leyendo, lo que motivará mucho más el interés por las letras en el niño. Desde muy temprano, el hogar debe disponer de un ambiente propicio para la lectura, enmarcado en la tranquilidad, la paciencia, la alegría y disponibilidad de tiempo.
Al niño jamás se le debe imponer la lectura como una rutina de formación. Él debe sentir el placer y el afecto de la persona mientras leen lo que a los padres y al niño les encante: poesía, cuentos, rimas, canciones, adivinanzas, etc.
Con frecuencia, el niño busca la lectura porque ha visto a una persona amada, como los padres o los maestros, metida en los libros, y la lectura apareció como un medio de imitación e identificación, de acercarse a ella y de apropiarse de su mundo, de sus cualidades, de su encanto, de su misterio. Entonces, la mejor manera de contagiar a los niños del hábito de leer es que nos vean leer, que tengamos libros en casa. Unos padres y un maestro lector tienen mucha probabilidad de hacer de sus hijos y estudiantes niños lectores.
¿Cómo lograr incentivar la lectura desde temprana edad en un mundo digital?
El aprendizaje de la lectura pasa por varias etapas. Primero alguien me lee, luego ese mismo alguien lee conmigo, luego voy a leer solo, pero con su acompañamiento.
Incentívelo a leer el mundo. Leer libros es solo una forma especializada de leer el mundo.
Siempre que sea posible, cántele nanas, retahílas, adivinanzas, léela en voz alta. Cuando se lee en voz alta no solo se está contando una historia, se está trasmitiendo afectos, una forma de leer la vida, una cosmovisión.
No debemos hacer nunca dicotomías artificiales entre el libro físico y el libro virtual. Siempre es el Libro, lo que cambia es el soporte, el medio. Y a los nativos digitales les queda muy fácil convivir con los nuevos soportes del Libro.
¿Qué tips y consejos prácticos le deja a los educadores y a los padres para promover la literatura infantil y su aplicación para el desarrollo de habilidades en tiempo de aprendizaje híbrido o alternancia?
Actualmente, los padres y maestros constatamos cada día que los niños y jóvenes sí son “nativos digitales” y cómo de manera fácil, casi espontánea, se hacen amigos de los nuevos soportes que nos ofrecen literatura. Nos preocupamos porque leen menos libros, pero en realidad “leen más el mundo”, que es en definitiva lo que importa.
- Los libros nos deben acompañar desde antes de que sepamos leer. Deben ser parte de nuestra vida diaria.
- Algo muy importante en la promoción de la lectura es hacer del libro un objeto cotidiano, que estén en nuestra casa y al alcance del niño. Que los libros no sean objetos prohibidos: “no tocar, no coger, no arrugar”.
- Es muy útil que el niño tenga sus propios libros. Desde una edad tan temprana como los ocho meses ello es posible. Ahora existen libros para bebés, aptos para que los pueden tocar, coger, algunos pueden hasta ser mordidos y resisten el agua, lo pueden aún acompañar en la hora del baño.
- Es fundamental que nos vean leer los libros que tenemos en casa. Los hijos de padres lectores suelen llegar a ser niños lectores, por contagio.
- Cuéntele historias a la hora de dormirse, mire con él libros ilustrados, descríbale las ilustraciones. Pídale que le lea las ilustraciones.
- También es muy útil leerle en voz alta, cuando esto se hace, además de contarle una historia, se le está trasmitiendo afectos, pues sentirá nuestras emociones hacia eso que está ocurriendo en la historia.
- Si vive cerca de una biblioteca pública, o puede frecuentarla, pregunte si hay allí una “bebeteca”, que es un sitio especial con libros para niños pequeños y con personal entrenado para acompañarlos en ese proceso de inducción al mundo del libro.
- Finalmente, paciencia cuando le pida por décima vez que le lea el mismo cuento, a él le gusta oír las palabras, en especial si salen de los labios de la persona que lo ama. RM