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El rol del docente como agente de cambio

Hemos mejorado en cobertura especialmente en la básica primaria pero el gran reto en la básica y la media sigue siendo mejorar la calidad. El nuevo milenio exige un nuevo paradigma que debe partir por transformar las prácticas pedagógicas, empoderando al estudiante para que sea el centro del proceso de aprendizaje, creando ambientes participativos, de trabajo en equipo y cooperativo, que faciliten la construcción social de conocimientos.

El sistema educativo ha alcanzado mayores niveles de cobertura, aunque con algunas deficiencias en preescolar, secundaria y media en el sector rural, que deben resolverse. También es necesario ofrecer una educación de calidad en básica y media que prepare a los estudiantes para enfrentar las demandas del nuevo milenio. Esto implica tener en cuenta varios frentes.

Particularmente en el campo docente, es imperativo mejorar las prácticas pedagógicas. Se requiere promover un nuevo rol del docente como orientador y facilitador de procesos de aprendizaje antes que como expositor, como creador de ambientes cálidos, afectuosos que faciliten nuevas formas de interacción de los estudiantes, incentivando su participación, el diálogo y la construcción social del conocimiento. El estudiante debe ser el centro del proceso educativo no el maestro. Y aunque se privilegie el aprendizaje cooperativo deben darse oportunidades para el aprendizaje individual. 1

En todo caso, el papel del docente es fundamental en ese nuevo paradigma pedagógico que se debe caracterizar por ser flexible, activo y participativo. Debe llegar al aula con elementos, estrategias e instrumentos concretos y pertinentes para los docentes y los estudiantes, promoviendo el desarrollo de competencias básicas y también de la esfera socio-afectiva. Ahora el énfasis no puede estar en la transmisión de información sino en desarrollarles habilidades a los estudiantes para que aprendan a aprender, a comunicarse eficazmente, a argumentar, a resolver problemas, a razonar lógicamente, a aproximarse al conocimiento científico y tecnológico, a convivir, a innovar, a emprender…

Todo lo anterior concuerda con los resultados de la encuesta realizada a más de 600 expertos del mundo y dada a conocer en la Cumbre Mundial de Educación 2015, celebrada en Qatar, sobre lo que será la escuela en el 2030.

Para transformar las aulas se requiere de la formación y la motivación de docentes a fin de que diseñan ambientes de aprendizaje cálidos y afectuosos, donde se tenga en cuenta la diversidad de ritmos de aprendizaje y talentos, donde los estudiantes construyan socialmente los conocimientos y desarrollen la capacidad para practicarlos y aplicarlos en su vida cotidiana, donde reciban retroalimentación efectiva en las distintas etapas y acciones de aprendizaje. En la medida en que los estudiantes interactúan permanentemente con sus compañeros en el aula de clase, el aprendizaje se convierte en una actividad placentera, incrementando el compromiso y pertenencia a la escuela y su permanencia en ella.

Docentes motivados y propositivos también se deben caracterizar por un alto grado de empatía que les permite lograr mayor conocimiento y comprensión de las necesidades, actitudes, intereses y potencial de los estudiantes. Docentes afectuosos y con liderazgo pedagógico están en capacidad de crear ambientes de aprendizaje adecuados y de orientar actividades y estrategias de participación para desarrollar en los estudiantes las destrezas cognitivas y las habilidades socioemocionales requeridas en el nuevo milenio; habilidades que sustentarán la proyección y capacidad de los estudiantes para aprovechar las oportunidades y aportar al desarrollo del entorno local, nacional y mundial.

Además de la formación de los docentes para este nuevo paradigma pedagógico, se requiere que los currículos también promuevan esas habilidades: liderazgo y emprendimiento, nuevas formas de pensar (creatividad e innovación, pensamiento crítico, solución de problemas, toma de decisiones); nuevas formas de trabajar (comunicación, colaboración, trabajo en equipo, cumplimiento de tiempos, seguimiento de instrucciones) y habilidades para vivir en el mundo (ciudadanía local y global, iniciativa, liderazgo, hacer y aceptar críticas constructivas). 2

Dentro de los componentes del modelo Escuela Nueva Activa (ENA), es clave el papel del docente en el aula 3 . ENA empodera al docente para dar un sentido multidimensional al aprendizaje, facilitando el crecimiento afectivo y académico del estudiante 4 . El docente de Escuela Nueva se capacita y actúa como facilitador del aprendizaje, con recursos de apoyo (ej. guías de aprendizaje, recursos virtuales complementarios, centro de recursos de aprendizaje), con estrategias de aula para la formación de actitudes y comportamientos ciudadanos y democráticos (ej.: gobierno de aula y estudiantil y comités; trabajo en pequeños grupos con mesas apropiadas para ello), instrumentos de comunicación y de relación con comunidad (ej.: Buzón de
la amistad, Buzón de compromisos, Cuaderno viajero, Ficha familiar).

El papel de las TIC es una realidad en la acción educativa, pero consideramos que primero es indispensable introducir cambios pedagógicos que transforman y mejoren el ambiente de aprendizaje. 5

Como lo expresa Luis Osin, exdirector del Departamento de Computación Educativa en el Centro de Tecnología Educativa de Israel: “Introducir computadores en el aula sin cambiar los métodos pedagógicos es perpetuar una técnica tradicional a un costo más alto. Una verdadera revolución educativa requiere conjuntamente de los cambios pedagógicos y tecnológicos”.

ENA promueve en los docentes una formación continua a través del trabajo con pares en los microcentros, organizados por cercanía geográfica en el caso de las escuelas multigrado, por sedes rurales y urbanas, por áreas disciplinares o por grados en la institución educativa. También los docentes aprenden y aportan en microcentros de profundización e investigación pedagógica y de mejoramiento institucional. Cada vez es más evidente que la colaboración profesional entre pares beneficia a los mismos educadores y da sostenibilidad a las innovaciones y transformaciones pedagógicas. El docente que aprende con y de sus colegas desde la experiencia del quehacer pedagógico fortalece la cultura de las comunidades de aprendizaje. 6

La conformación de redes de docentes integrados por intereses comunes, por proyectos, por líneas de investigación pedagógica, ha mostrado ser una estrategia de sostenibilidad de Escuela Nueva Activa, dinamizando la formación y la innovación en las prácticas pedagógicas y las didácticas disciplinares. A partir de las fortalezas y las necesidades de las instituciones educativas, los docentes suman sus saberes con el fin de encontrar soluciones a partir de experiencias pedagógicas probadas y efectivas y articulando propuestas curriculares pertinentes a los proyectos educativos institucionales.

En este sentido, la Fundación Escuela Nueva Volvamos a la Gente promueve una Comunidad de Aprendizaje para generar y gestionar conocimiento, propiciar interacciones e intercambios, sistematizar experiencias y buenas prácticas, crear publicaciones y promover eventos académicos, entre otras actividades. Cuenta con la plataforma llamada RENUEVA, que es el espacio virtual para la red de docentes y otros agentes educativos.

Estamos convencidos que sí es posible generar cambios en el sistema educativo, con el fin de mejorar calidad como lo ha demostrado la experiencia de Escuela Nueva que pasó de ser una innovación local hasta convertirse en política pública nacional en los años 90, con excelentes resultados, y que ha inspirado reformas en varios países.

Una escuela de calidad requiere de un nuevo paradigma pedagógico que responda a las exigencias del nuevo milenio, incorporando los roles y responsabilidades de todos los actores del sistema educativo, promoviendo la participación activa del estudiante en el proceso de aprendizaje y dándole un rol privilegiado al docente como principal agente de cambio. RM


Referencias

  1. Madhavan, Ramya. 2017. Cooperative Learning in Escuela Activa ®. FEN. Bogotá. P.16
  2. Rubin, C. M. 2018. The Global Search for Education: Escuela Nueva Has Much to
    Teach Us. En educationviews.org. The Global Search for Education Community, p.3-5
  3. A partir del modelo Escuela Nueva diseñado en Colombia por Colbert, Mogollón y Levinger (1975), la Fundación Escuela Nueva Volvamos a la Gente (1987) desarrolló Escuela Activa Urbana y adaptaciones a nuevos contextos nacionales e internacionales: Círculos de Aprendizaje, Escuela Nueva Activa®.
  4. Madhavan, R. 2017. Cooperative Learning in Escuela Activa ®. FEN. Bogotá. P. 13
  5. Colbert, V. & Arboleda, J. 2016. Bringing a student-centered participatory pedagogy to scale in Colombia. Springer Science+Business Media Dordrecht.
  6. Hargreaves, Andy & O”Connor, Michael T. 2018. Collaborative Professionalism. Executive Summary. WISE Research. P. 3

Vicky Colbert

Fundadora y Directora de la Fundación Escuela Nueva, y co-autora del modelo pedagógico Escuela Nueva. Fue ViceMinistra de Educación de Colombia y Consejera Regional de Educación para Latinoamérica y Caribe de UNICEF. Tiene 2 posgrados de la Universidad de Stanford y ha recibido importantes distinciones, entre ellas el Premio Wise 2013, reconocido como el Nobel de Educación.

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