Todos estos desafíos hacen necesario que se disponga de un plan sistemático para garantizar la viabilidad empresarial de los colegios. Por eso, entre la Pontificia Universidad Javeriana y Santillana se ha desarrollado un diplomado de Marketing Educativo, en el cual se propone romper los paradigmas de la educación actual, a partir del conocimiento de las estrategias del marketing para que los colegios puedan prosperar en el siglo XXI.
El marketing educativo es la aplicación de técnicas y principios de marketing empresarial en los centros educativos, como herramienta importante para satisfacer expectativas sociales de formación y aprendizaje, captación y retención de estudiantes.
El marketing educativo aporta los mejores recursos para alcanzar los objetivos propuestos en las instituciones educativas, con el fin de mejorar y promocionar sus servicios, fortalecer sus relaciones con la comunidad y su posicionamiento en el mercado.
El marketing educativo tiene dos propósitos fundamentales
- Lograr una alta satisfacción de parte de padres de familia, estudiantes, docentes, colaboradores, proveedores, dueños y comunidad interesada en el colegio.
- Obtener resultados positivos para la institución educativa.
Además, el marketing permite a los colegios desarrollar los planes estratégicos en sus propuestas curriculares, los servicios de soporte, las campañas publicitarias, las relaciones públicas y los servicios nuevos para superar a la competencia y sorprender a la demanda.
El marketing educativo es un aliado y un apoyo poderoso para la gestión institucional, porque genera información valiosa acerca de las características sociales, culturales y económicas de la comunidad a quien le presta sus servicios; pone al descubierto sus necesidades, deseos, expectativas, intereses y motivaciones y orienta las decisiones para poder desarrollar mejores servicios para una demanda cada día más exigente.
Además, el marketing educativo aporta al diseño y el montaje de los sistemas de promoción para mostrar con excelencia la oferta educativa a las familias y a otros actores sociales interesados.
Los cambios institucionales se deben activar e implantar antes de que ocurran hechos como la reducción de matrículas o el retiro de educandos, y el marketing educativo desarrolla funciones permanentes de monitoreo en estudiantes y familias, que permiten identificar oportunamente las posibles causas y los factores que pueden impactar la demanda en un futuro. También propone acciones y soluciones inmediatas antes de que sea tarde. Su función es proactiva más que reactiva.
La promoción en las instituciones educativas es muy importante por obvias razones: las personas no tienen interés en contratar servicios que desconocen. El marketing educativo guía con técnica y precisión nuestras acciones para escoger los mejores medios de comunicación de acuerdo con el perfil de las familias que toman las decisiones y evitando costos de inversión en publicidad innecesarios.
Es cierto que algunas entidades educativas sobreviven sin planes estratégicos de marketing educativo, pero hay que ver hasta cuándo podrán resistir, con una demanda que constantemente reclama lo mejor y lo adecuado, y no correr riesgos.
Las características propias de la época, los cambios en los métodos de enseñanza-aprendizaje, la creciente oferta educativa, los conflictos entre padres de familia, docentes y estudiantes, así como la disminución del número de alumnos requieren nuevas estrategias de gestión.
El marketing educativo es el mejor medio para conquistar el mercado que nos interesa. Y nos permite enfrentar el presente con éxito y prepararnos para el futuro.