Ser padres es una de las experiencias más fascinantes que podemos experimentar en la vida, pero a la vez es una de las más retadoras y complejas a las que podemos enfrentarnos como humanos. Para educar hay que estar presentes en las necesidades individuales de cada niño, en su forma de percibir el mundo, de canalizar sus emociones e ideas y eso va mucho más allá de cualquier algoritmo digital que podamos gestionar con la tecnología o la ciencia. Si de por sí la tarea de educar nos implica dar lo mejor de nosotros, hacerlo bajo un nuevo contexto, —que se asemeja más a una película de ciencia ficción, que a la vida real—, nos ha llevado como padres a experimentar nuevas facetas, roles, escenarios y circunstancias que han puesto a prueba todos nuestros límites.
Ante este nuevo panorama, las familias no hemos sido ajenas a la tan nombrada “reinvención” hacia la que camina el mundo entero; y en ese recorrido lleno de altibajos hemos aprendido nuevos conceptos, nuevas habilidades, nuevos oficios y nuevos roles que sin duda nos han hecho más fuertes.
No sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es tu única opción
Bob Marley
Haciendo un inventario de los nuevos roles que como #Mamá3.0, (de mellizos de 4 años y un niño de 8 años) he aprendido a potencializar gracias a la maternidad múltiple, quiero compartir el “top 10 de roles en la nueva crianza” que hemos asumido como padres y que perfectamente podría complementar la hoja de vida que hasta el momento hemos podido desarrollar en nuestra trayectoria profesional…
La paternidad: una fuente inagotable de aprendizajes
Top 10 de roles de la nueva crianza
- Pedagogos: nunca antes como hoy habíamos valorado tanto el importante trabajo que desempeñan cada día los maestros en un colegio. Cuando se tienen niños en etapa preescolar, las necesidades de cuidado y educación que eran suplidas por el jardín o el colegio, han tenido que ser asumidas al 100% por los padres, quienes estamos siendo adiestrados por las profesoras para obtener su infinita capacidad creativa, que convierte cualquier elemento de la casa en material didáctico y así nuestros hijos pueden aprender en esta etapa lo que corresponde… Eso sí, en este camino como “pedagogos experimentales”, aún nos queda un gran tramo por recorrer .
- Psicólogos: con la incertidumbre sobrevolando nuestras vidas, hemos aprendido que la salud emocional es tanto o más importante que la física; sin embargo, en esta esta asignatura creo que todos hemos reprobado, pues ¿cómo ayudarle a un niño a “gestionar su emociones”, cuando ni siquiera nosotros mismos entendemos muchas veces qué es lo que estamos sintiendo? Eso sí, hemos hecho nuestro mayor esfuerzo para convertir nuestros hogares en un espacio inagotable de aventuras, donde todo puede ser posible y donde se vale sentir, aunque no sepamos qué; pero estamos para apoyarnos y aquí la ventaja de ser una familia numerosa es que somos muchas cabezas dispuestas a dar ideas para lo que no sabemos y muchos corazones dispuestos a apoyarnos, escucharnos y perdonarnos si hace falta.
- Chefs: que levante la mano el que en esta pandemia no se ha atrevido a experimentar nuevas recetas en la cocina… Ya sea por necesidad o por encanto, la cocina se ha convertido en uno de esos espacios que nos ha permitido pasar momentos memorables con nuestros hijos. Si bien estar en la cocina con niños pequeños puede resultar en algún momento una tarea peligrosa, hemos asumido el riego de quedar todos embadurnados de harina para hacer una torta con la que celebrar un cumpleaños o dejar untado todo el mesón de gelatina para hacer una simple merienda; lo cierto es que aquí no ha importado el resultado sino el proceso, pues aunque luego haya que limpiar el desastre, ¡nos lo hemos disfrutado!
- Recreacionistas: tener tres niños en casa sin poder salir, subiéndose literalmente por las paredes, sin duda nos ha llevado a experimentar nuestra mejor faceta como gestores de entretenimiento, empeñados en hacer que se desconecten de las pantallas y ayudarles a desfogar toda su adrenalina y energía. Aquí la música ha sido nuestra gran aliada para armar coreografías, concursos de baile y hasta maratones de zumba… Aquí todo se vale, lo importante ha sido mover el esqueleto, lo que nos ha permitido además como papás no acumular tantos kilitos.
- Decoradores de interiores: pasada la novedad de lo que implicó desarrollar nuestras diferentes actividades en casa y una vez fuimos conscientes de que el mundo como lo conocíamos había cambiado y que una nueva realidad se imponía a pesar de nuestra resistencia, una de las primeras señales de transformación fue la “resignificación y redistribución de espacios” que, quisiéramoslo o no, teníamos que adaptar; y tal vez ese hecho de tener que adaptar nuestra casa a esta nueva situación, es una de las cosas que nos evidencia que sí es posible adecuarnos al cambio y a la incertidumbre, aunque nos sintamos incómodos. La buena noticia es que cada vez vamos organizando mejor ese “Tetris” que al principio no nos encajaba, pero que a fuerza de costumbre le vamos encontrando el mejor ángulo.
- Expertos en monitoreo y seguridad: una vez adaptados los nuevos espacios, nos enfrentamos al reto de garantizar que lo que antes era una sala y ahora se convertía en un salón de juegos, cumpliera no solo con los protocolos sanitarios, sino con las condiciones de seguridad a prueba de niños pequeños. Como expertos en este campo, veíamos en todos los rincones de la casa elementos potenciales de gran peligrosidad, las esquinas de los muebles, las ventanas, los vidrios, las mesas, en fin, cualquier movimiento se había convertido en un motivo de preocupación, pues la gran recursividad y complicidad que puedan desarrollar tres niños menores de ocho años, hicieron que lográsemos tener “cuatro ojos encima”; afortunadamente, con el tiempo, todos logramos adaptarnos a esta nueva realidad que nos tenía con “el corazón en la mano”.
- Gestores informáticos: bueno, bueno, bueno…. En este apartado los papás nos merecemos un gran aplauso; una ovación completa. Desde el primer momento que nos dejaron en casa, tuvimos que gestionar la conectividad de nuestros hogares si queríamos lograr mantener relativamente el curso de nuestras vidas; en nuestro caso como familia de cinco miembros, esto representó cinco computadores, cinco conexiones, cinco espacios y todo lo que se pueda imaginar por cinco, lo que implicó la gestión de proveedores de Internet y computo con la consiguiente instalación de cables, redes, contraseñas, conexiones, etc., que más de una vez nos han sacado canas verdes. Sin embargo, prueba de nuestra nota sobresaliente, es que logramos estar todos conectados al tiempo, bien a clases y/o reuniones, y aunque más de una vez nos escuchamos como robots o quedemos con la peor de las muecas por una imagen congelada, todos vamos “respondiendo” con nuestros objetivos académicos y laborales.
- Directores de logística y proveedores: al hilo del anterior cargo, se suma la gestión del resto de frentes al interior del hogar, pues además organizar el cronograma de las múltiples reuniones en diferentes plataformas como Teams, Meet, Zoom, etc., debíamos compatibilizarlas con las entregas y los domicilios de los diferentes proveedores (droguería, panadería, carnicería, frutería, lavandería, y el resto de rías…) con la consiguiente logística y protocolos de bioseguridad que implica recibir un domicilio, en tiempos de pandemia.
- Coordinadores de recursos humanos: pataletas, frustraciones, gritos, llantos y peleas entre hermanos, han sido algunas de las situaciones que como padres hemos tenido que gestionar con mucha más calma de la que podríamos imaginar; y es que aquí los memorandos, los llamados de atención o los cargos a la hoja de vida, no surten ningún efecto, por lo que al final la creatividad y la paciencia siguen siendo nuestros principales recursos… ¡Aquí los despidos no están permitidos!
- Malabaristas: Y este “Top 10 de roles de la nueva crianza” no podría finalizar con otra profesión que no fuera la de malabarista, pues representa las maniobras que día a día llevamos a cabo los padres para que ninguno de los otros 9 roles se nos vaya al piso, aunque para ser sinceros más de una vez se nos caen, pero los volvemos a levantar, porque nunca antes como ahora habíamos tenido la oportunidad de ver crecer a nuestros hijos cada día, de estar tan cerca, de nos perdernos ningún momento y de construir juntos recuerdos entrañables que nos marcarán para el resto de nuestras vidas.