La institución educativa fe y Alegría Santo Domingo Savio está ubicada en la comuna uno de Medellín, que es una de las tres más violentas de esta ciudad, con una población aproximada a 150.000 habitantes. Allí cada tres manzanas o cuadras se conforma un parche, combo o grupo delictivo con límites o fronteras que impiden espacios de libertad y sana convivencia en el barrio y la comuna. Los jóvenes se ven obligados, personal o socialmente, a formar parte de estos combos y llevan su pensamiento y limitación al colegio, lo cual convierte a este en un campo de batalla a diario. Las directivas y los docentes nos quedamos impotentes ante esta realidad y nos resulta difícil luchar, ya que nos pueden rotular como favorecedores de uno u otro grupo. Por fortuna, surgió la iniciativa de fomentar el diálogo y la mediación después de que un grupo de docentes y estudiantes de la institución asistiera a una orientación sobre mediación escolar. Fue así como nació el proyecto de gestores de convivencia y paz, con el propósito de fomentar desde la institución el diálogo como única herramienta para mediar y solucionar conflictos en el colegio, la familia y comunidad.
La institución educativa Fe y Alegría Santo Domingo Savio cuenta con dos sedes: una de preescolar y primaria (con 881estudiantes) y otra de bachillerato y media técnica (con 602 estudiantes). Nuestros alumnos provienen de los sectores aledaños como la Balastrera, La Silla, El Rompoy, La torre, El Pinar, Popular I y Santo Domingo Savio II. Son desplazados, oriundos de los diferentes pueblos antioqueños, de los barrios de Medellín y de otras regiones colombianas (costa atlántica y pacífica, Bogotá y eje cafetero). Nuestra población estudiantil tiene las siguientes características: estratos uno y cero, población nativa (30%), foráneos (40%) y desplazados (30%); un 80% de los estudiantes vive sin la figura paterna ya sea por abandono o muerte del progenitor y un 20% vive sin la figura materna por las mismas causas. Los hogares están constituidos por cinco y hasta ocho personas (padre, madre, hijos, nietos, primos y abuelos); en la mayoría de los hogares, los hijos son de distintos padres o madres y los pequeños quedan al cuidado de la abuela o el hermano o la hermana mayor, mientras el responsable de la economía familiar sale a trabajar.
Historial del proyecto: gestores en convivencia y paz escolar
La iniciativa pedagógica empieza en el año 2008, como respuesta a la violencia escolar fruto de las guerras de pandillas que se vivían a diario en la comuna y las familias. Ninguna comuna de Medellín es ajena a los problemas de microtráfico de sustancias psicoactivas y los grupos al margen de la ley, y es un hecho que los espacios escolares son el escenario donde se reflejan estas vivencias de la comunidad y la familia. Por eso las aulas y los patios de nuestros colegios son verdaderos campos de batalla, donde es imposible gozar de ambientes de sana convivencia y lograr buenos resultados académicos. Esto favorece una cultura de guerra y maltrato a la dignidad humana.
La Secretaría de Educación de Medellín, en el año 2008, lideró en ocho colegios unos talleres de mediación escolar, a los que asistieron seis docentes y un grupo de aproximadamente 20 estudiantes de bachillerato. Desde ese momento, se sembró la semilla de la mediación en nuestra institución; finalizando el año escolar, los docentes y los estudiantes capacitados comenzaron a tratar de persuadir a los compañeros implicados en conflictos escolares para que aceptaran la mediación, aunque esta orientación se realizaba en cualquier parte del colegio, (salón, sala de coordinación, patio) sin ningún registro del caso, más que la palabra y el diálogo realizado. Hubo cierta acogida por parte de algunos, pero otros preferían la sanción o arreglar las diferencias a su modo (con violencia). Teniendo en cuenta el registro u observador del estudiante, durante este año se presentaron más de quinientos (500) conflictos, como era usual desde años anteriores en la institución. Una mínima parte de ellos fue acompañada por los mediadores (ver tablas de control y seguimiento).
Durante el año 2009, se amplió el grupo de mediadores y se realizó una nueva capacitación durante tres meses, con la colaboración de Bruno, un ciudadano francés que se encontraba en la ciudad de Medellín por entonces, realizando un video precisamente acerca de la Mediación Escolar. Este video fue luego presentado en un encuentro de estudiantes, realizado en la ciudad de Tolux Francia.
En la institución fueron sonando con más fuerza las palabras mediación y diálogo ante los conflictos y diferencias.
Teniendo como referentes a personas de actitud pacífica y de liderazgo, así como y a quienes habían asistido a las capacitaciones realizadas, en el año 2010, se conformó un nuevo grupo de Mediadores Escolares y se nombró a la estudiante Melisa Soto como Coordinadora del proyecto. A esto contribuyó la positiva respuesta de algunas personas implicadas en conflictos que preferían dialogar y resolver las diferencias con mediación, ya que en su mayoría los motivos eran tan poco relevantes que no ameritaba llevar los problemas ante instancias mayores. En ese año aún se realizaban las mediaciones de manera casual en coordinación y con la presencia de entes directivos o docentes, pero los mismos estudiantes empezaron a pedir que los dejaran solos con los compañeros para sentirse más libres a la hora de expresar sus dificultades o comentar la causa y el desenlace del problema (güiro). Desde este momento, se asumió que en adelante los estudiantes se reunirían solos y que, posteriormente, hablarían con los coordinadores para ejecutar los acuerdos y sanciones según el caso, pero no se hacía ningún registro escrito de los conflictos mediados. Vale resaltar que, durante este año, fue mejorando la disciplina y se favoreció la convivencia escolar. En la institución fueron sonando con más fuerza las palabras mediación y diálogo ante los conflictos y diferencias. Algunos docentes apoyaban el trabajo de los estudiantes mientras otros con mentalidad dictadora y leguleya solo acudían a la sanción disciplinaria del manual de convivencia. Sin embargo, durante este año, hubo casi cien conflictos menos que el año anterior y con más acompañamiento o solución por parte de los mediadores.
Algunos miembros de la comunidad educativa eran apáticos ante la acción mediadora porque decían que carecía de fundamento legal, por tal motivo no podía ejecutarse en la institución. Fue cuando se empezó a pensar en la figura de acuerdo para que tuviera fundamento legal. La buena acción que se venía desarrollando a favor de la sana convivencia y paz escolar, que cada vez tomaba más liderazgo por parte de los estudiantes como gestores y mediadores, respaldaría el propósito de un acuerdo legal. Esta acción se integró a las aulas y jornadas académicas, y durante este año se fundamentó como proyecto institucional para poder realizar actividades que involucraran a toda la comunidad educativa. Esta meta fue poco difícil de alcanzar porque, por dos años, se habían venido desarrollando y mostrando cambios favorables en la convivencia y, ante todo, en la actitud de los mismos estudiantes ante la presencia de conflictos. Porque ellos veían que era más favorable, en todo el sentido de la palabra, mediar y solucionar que asumir la sanción disciplinaria. Durante este año, ya las reuniones eran más seguidas, el mediador asumió un perfil, se eligió un comité central, se evaluaron los resultados de las tareas; los profesores eran más asequibles y los estudiantes más amables a la hora de invitarlos a mediar, todos fueron organizándose y apoderándose más cada día del proyecto.
En la sede primaria, de manera insipiente y con muy poca representación de estudiantes y docentes, se empezó a crear ambientes y hacer ruido en torno a la palabra mediación y, de cuando en vez, se daba alguna orientación por parte de los mediadores. Esto sería el comienzo de un trabajo en equipo y un gran proyecto institucional. Durante este año se dieron grandes avances en la mediación gracias al liderazgo y buen trabajo de los estudiantes: se logró reducir en más de cien el número de problemas o conflictos en relación con el año anterior, y hubo más intervención de los mediadores en la solución, motivos que ayudaron a fijar las metas para el año siguiente.
Al iniciar el año 2011, nos propusimos consolidar el grupo de mediadores y perfilar el proyecto hacia la institucionalización y el trabajo conjunto con toda la comunidad. Por eso se amplió el grupo de mediadores a treinta (30) estudiantes y cinco docentes, con un comité central liderado por la estudiante Melisa Soto del grado octavo Este comité tenía como propósito pedir ayuda a otras entidades para la capacitación y orientación de nuestros mediadores, buscar una identidad actitudinal y física de los integrantes, generar pautas y normas dentro del comité, tales como reuniones mensuales, talleres de prevención de la agresividad, contaminación, sana convivencia y hacer seguimiento al cumplimiento de los acuerdos hechos por las personas implicadas, además de realizar un acta por cada mediación y así llevar control y registro de los problemas presentes.
El trabajo durante este año fue más organizado y se redactó la propuesta del proyecto de acuerdo para la creación del Centro de Mediación Escolar, con el aporte de señor coordinador Gildardo López, cofundador y asesor principal del proyecto. Este acuerdo sería llevado al consejo directivo para que fuera agregado al manual de convivencia y al PEI (proyecto educativo institucional). El acuerdo fue aprobado en agosto del 2011 por el consejo directivo y, así, con fuerza de norma se aplicaría en toda la institución y en todos los casos como primera instancia en la solución de conflictos, dando respaldo legal a todo el buen trabajo que se venía desarrollando con grandes logros hacia la sana convivencia escolar.
En este año, 2011, contamos con el apoyo de la UNAULA (Universidad Autónoma Latinoamericana), que durante tres meses nos dictó talleres de refuerzo sobre la mediación y promoción de sana convivencia. Vale resaltar que durante este año cambió notablemente el ambiente social en la comuna, donde solo se presentaron dos muertes violentas. Entre tanto, en la institución, la violencia escolar ha disminuido en un 60% en relación con la que había al iniciar el proyecto, con un promedio de cien conflictos menos cada año, unos estudiantes más comprometidos con la paz y sana convivencia, que han incorporado a su argot diario la palabra mediación y que la prefieren a la hora de solucionar los conflictos.
Gracias al liderazgo y buen trabajo de los estudiantes se logró reducir en más de cien el número de problemas o conflictos”
En el año 2012, nos propusimos aumentar el número de gestores y mediadores de manera que cada salón contara con dos representantes y lograr así un trabajo común y más organizado para alcanzar un mayor éxito. Fue por esto que el grupo se amplió a ochenta (80) gestores y mediadores, cinco docentes y un coordinador de disciplina, con representación desde preescolar hasta el grado once, y la participación de docentes de cada jornada y sede. La organización quedó de la siguiente manera: las profesoras Damaris Garrido y Paula Giraldo acompañan a los estudiantes de primaria de la jornada de la mañana, que incluye preescolar, primero, segundo y aceleración; la profesora Libia Risa Giraldo acompaña a los gestores de la jornada de la tarde en los grados tercero, cuarto y quinto de primaria; el profesor Marco Tulio Pinto acompaña a los estudiantes de bachillerato de la jornada de la mañana: grados sexto, séptimo y octavo, y además es el docente asesor general del proyecto; en la jornada de la tarde, acompaña la docente Sandra Milena Ríos a los grados noveno, décimo y once. Este proyecto es liderado por el estudiante Jharol David Yepez Mesa.
Se gestionó la compra de 24 chalecos para identificar a los mediadores en las clases y horas de descanso, 16 gorras o cachuchas y botones distintivos, que nuestros mediadores llevan con orgullo.
Para la capacitación y orientación de los nuevos mediadores, se realizaron talleres de toda una jornada para que así fueran competentes en su servicio de mediadores, se organizaron cronogramas mensuales de los talleres, la evaluación y el seguimiento del proyecto, se asignaron funciones específicas a cada docente y miembro del comité central estudiantil, que se organizó de la siguiente manera: un coordinador general, una secretaria, un coordinador por cada jornada y sede, el personero estudiantil y los docentes acompañantes de los estudiantes más el coordinador disciplinario de la institución. De esta manera se articulaba toda la comunidad educativa para un trabajo fructífero.
Durante este año, se gestionó la adaptación de una sala exclusiva para la mediación dotada de un computador, una mesa circular, sillas, papelería y demás elementos para llevar el registro y realizar la mediación de manera adecuada. Se organizaron horarios semanales de mediación, pautas de las reuniones en la sala o centro de mediación, una ficha para la evaluación de la mediación por parte de los implicados en el conflicto, una ficha o diario de campo con las pautas de disciplina, desempeño académico y ambiente ecológico que llevaría cada mediador o gestor en cada salón por semana. Esta última ficha serviría para retroalimentar el proyecto y realizar actividades preventivas a fin de mejorar cada vez más la sana convivencia con el medio ambiente y los compañeros. También se gestionó la compra de 24 chalecos para identificar a los mediadores en las clases y horas de descanso, 16 gorras o cachuchas y botones distintivos, que nuestros mediadores llevan con orgullo.
Gracias a nuestra excelente experiencia en la mediación escolar y la socialización de la iniciativa en otras instituciones y eventos organizados por la Secretaria de educación, en el marco de las competencias ciudadanas, con la ayuda de los medios de comunicación locales como el periódico LA UNO –más de 10.000 ejemplares–, el proyecto se ha difundido más en la comuna. Se han obtenido logros como el de ser invitados a Bogotá, en el mes de marzo, con el fin de compartir la experiencia como propuesta para mejorar las competencias ciudadanas y el hecho de estar entre las mejores diez iniciativas de Medellín (entre 324 colegios oficiales que tiene la ciudad). También participamos por el municipio en la selección de candidatos para el concurso de parlamentario de Mercosur y quedamos entre los tres mejores de Medellín y ganadores entre 270 propuestas nacionales. Gracias a ello, por primera vez, tuvimos el orgullo de darle a la ciudad un representante o parlamentario de Mercosur por Colombia: el estudiante personero estudiantil Jheiler Arbey Urrego Valencia. Esto ha contribuido a que nuestro colegio y nuestra iniciativa sean reconocidos como ejemplo de liderazgo y promoción de una cultura de sana convivencia escolar y comunitaria, ya que la comuna, con la ayuda de los talleres de padres de familia y la publicidad del periódico continúa al tanto del proyecto y viviendo en paz y tranquilidad. Nuestro proyecto también se postuló a los premios de Calidad a la educación de Medellín, en las modalidades Experiencia significativa institucional y Mejor experiencia estudiantil, y fuimos ganadores en ambas, con un estímulo de trece millones por ser la mejor experiencia significativa. El estudiante JHAROL DAVID YEPES MESA, por su parte, ganó el premio Medalla cívica Maestro Fernando González, con la cual se hizo acreedor a un salario mínimo con el cual compró los nuevos uniformes que tanto deseaba, también pudo viajar a la ciudad de Rio de Janeiro (Brasil) —una experiencia que marcó su vida— y además recibió un portátil para su uso personal. Terminando el año, concursamos en el Premio Santillana y la Academia de la lengua española y ganamos el primer puesto entre 170 proyectos nacionales y nos hicimos acreedores a una biblioteca estimada en sesenta millones de pesos. De esta manera, la institución ganó durante este año cuatro premios: dos nacionales y dos municipales.
La violencia escolar ha disminuido un 80% desde que se comenzó el proyecto”
El grupo de jurados evaluadores de la Secretaria de Educación nos manifestaron los mejores comentarios de felicitaciones y agradecimientos por el trabajo desarrollado con los niños y los jóvenes, los padres de familia y la comunidad en general con este magnífico proyecto, muy pertinente para confrontar los acontecimientos que vivimos a diario en las escuelas de matoneo y violencia escolar. También fuimos invitados a presentar nuestra experiencia como proyecto validador en el foro organizado por la Universidad de Antioquia y tres núcleos educativos con la presencia de más de cincuenta rectores de esta ciudad el día 16 de octubre, y también fuimos a exponerlo en la Feria de la convivencia, en el marco de la semana por la paz, el día 19 de octubre.
El logro más grande y apasionante que hemos alcanzado con nuestra iniciativa pedagógica hasta la fecha es el de la consolidación de la cultura de mediación y diálogo ante los conflictos, como los testimonian los mismos estudiantes cada día en la vida escolar y lo expresan los padres de familia que nos dan cuenta de los cambios favorables de sus hijos desde que el proyecto se inició o desde que sus hijos forman parte de la mediación. El sentido de pertenencia y liderazgo con que los mediadores asumen su papel, la violencia escolar que ha disminuido un 80% desde que se comenzó el proyecto, de manera que a la fecha se han presentado menos de cien conflictos en total en una población aproximada de 1.600 estudiantes, son motivos que nos llenan de orgullo y satisfacción para continuar con la promoción de ambientes y culturas de diálogo y mediación ante los problemas que se presentan en todos los ambientes sociales.
Este año nuevamente contamos con la ayuda de la UNAULA (Universidad Autónoma Latinoamericana) que nos ofrecen su orientación por medio de talleres en prevención del delito y la violencia escolar, que se realizan en las sedes de la Universidad y a los que asisten con mucho entusiasmo nuestros ochenta mediadores y gestores. www.medellinconstruyeciudadania.com
El año 2013, se inició con las mejores expectativas. La comunidad en general está muy satisfecha con los logros alcanzados y, ante todo, por la actitud de los estudiantes, los docentes tutores y los estudiantes líderes del proyecto. Por eso planteamos para este año los siguientes retos:
- Iniciar un proceso para que nuestra institución sea piloto en mediación escolar en la ciudad de Medellín.
- Desarrollar un taller mensual relacionado con la prevención de la agresión.
- Retroalimentar la participación de los padres de familia en el proyecto.
- Transversalizar las competencias ciudadanas en todas la áreas.
- Promover la identidad simbólica del proyecto.