Artículo escrito por Cecilia Nardini y Cecilia Cancio.
Aprender es siempre tomar información del entorno a partir de un proyecto personal.
Merieu, 1989
Los entornos personales de aprendizaje (PLE) son aquellos espacios virtuales en los que creamos, interactuamos, enseñamos y aprendemos. Es importante que los docentes construyan sus PLE e inviten a los estudiantes a construir los propios, participando de experiencias diversas y colaborativas, valiosas para alentar el aprendizaje diverso, autónomo y creativo de sus estudiantes.
A lo largo de la historia se ha pensado en el ambiente educativo de diferentes maneras. Nos referimos al entorno educativo como el espacio que “habla, muestra y enseña”, sosteniendo que el mismo no se restringe al espacio físico. “La escuela es un todo-espacio de aprendizaje porque además de aprender en el aula, también se aprende en la biblioteca, el patio, espacios en los que se puede interactuar con los otros y a partir de diferentes recursos”. (Anijovich: 2014).
Por su parte, Gavriel Salomón (2001), aludiendo al concepto de cogniciones distribuidas, se refiere a la modalidad de la persona más el entorno, según la cual las personas funcionan en consonancia con el contexto que las rodea, haciendo uso tanto de la información y de los recursos físicos disponibles como de la actividad compartida con otros. Según este autor, los recursos físicos, sociales y simbólicos que se hallan fuera de la persona, participan en la cognición no sólo como estímulos sino como vehículos de pensamiento. Así, el entorno en un sentido real, es un componente del sistema de pensamiento.
Merieu (2007), por su parte, plantea que el aprendizaje no sucede sin deseo. El reto educativo es que los docentes despierten ese deseo mediante propuestas de actividades significativas. En palabras de este autor, no hace falta preguntarse antes de entrar en una clase qué diremos a los alumnos, sino qué les haremos hacer para que aprendan alguna cosa. Un espacio propicio para aprender entonces, es aquel en el que la buena pregunta, la colaboración, la creatividad, la investigación y los deseos de aprender tanto de los estudiantes como de los docentes ocupan un lugar central.
Desde que el entorno educativo se vio ampliado por la Web 2.0., la tecnología comenzó a ocupar un lugar privilegiado en la vida de los estudiantes. Bates (2010) plantea que el término Web 2.0 refleja tanto un nuevo entorno tecnológico como un cambio en el contexto social, en el que la creatividad, las comunicaciones, la colaboración y la interacción se cristalizan en el espacio social, diluyendo barreras físicas y temporales.
Primero, surgieron los entornos virtuales de aprendizaje (EVA), plataformas informáticas diseñadas para facilitar la comunicación pedagógica entre los participantes que intervienen en el proceso educativo y permiten crear espacios o comunidades organizadas en torno al aprendizaje. Los docentes son quienes llevan a cabo la construcción de esas propuestas didácticas virtuales. Los EVA acortan la distancia entre la escuela y la casa, permiten personalizar las instancias para aprender y se adaptan a diferentes estilos de aprendizaje. El concepto de Entornos Personales de Aprendizaje nace a la luz de pensar en alternativas más flexibles que los EVA tradicionales.
En este trabajo, reflexionaremos acerca de los entornos personales de aprendizaje (PLE) , aquellos espacios virtuales en los que creamos, interactuamos, enseñamos y aprendemos. Nos proponemos pensar acerca de la importancia de que los docentes construyan sus PLE e inviten a los estudiantes a construir los propios, participando de experiencias diversas e interactivas en conexión con otros estudiantes y valiosas para el aprendizaje a lo largo de toda la vida. También reflexionaremos acerca de las implicancias que esto tiene en el rol del docente.
La cultura digital y la cultura escolar
La escuela ha sido desde siempre el lugar excepcional y privilegiado para la transmisión del conocimiento. Actualmente, nos encontramos frente a un cambio de perspectiva que considera a la escuela como un espacio de generación de conocimientos y habilidades necesarios para el desenvolvimiento en la cultura digital en la que estamos insertos. Nos preguntarnos entonces, ¿cómo podemos pensar prácticas escolares digitales insertas en entornos reales de producción que permitan resignificar la cultura digital para que dialogue con la cultura escolar?
Un primer aspecto a considerar es el rol de los alumnos en esta cultura digital. Tradicionalmente, las categorías para identificar a los sujetos de un determinado “sistema comunicativo” eran frecuentemente la de “audiencias”, “espectadores” o “receptores”. La categoría de “usuario” aparece con las tecnologías informáticas para reconocer sus capacidades interactivas y generadoras. (…)” Entonces lo que somos actualmente en la red es además de consumidores, hacedores y curadores. Así, al incursionar en el uso de la web, la vamos recreando, ampliando, reconfigurando y eso implica que seamos sujetos más activos, más generosos con los demás, con mejores argumentaciones, con criterios de selección, entre otras muchas habilidades. De esta manera los PLE ponen al alumno como centro del proceso de aprendizaje.
Estar conectados es una constante en nuestras vidas hoy y son cada vez más las actividades que desarrollamos en la red. Por eso, educar en el uso responsable y en la posibilidad de ser usuarios críticos, está directamente vinculado con la construcción del ser ciudadano. La cultura escolar se vuelve más provechosa si es capaz de generar situaciones de aprendizaje a través de las cuales el alumno logra comprender procesos más amplios que pueden ser utilizados en distintas situaciones, es decir más allá de la clase.
Estamos insertos en un mundo vertiginoso, donde no sólo cambian las maneras en que interactuamos y nos comunicamos, sino que también se van transformados los procesos de producción, circulación y apropiación del conocimiento. Además día a día el caudal de recursos y herramientas digitales se ve engrosado por nuevas versiones. Por eso necesitamos conocer los mecanismos a través de los cuales acercar a nuestros estudiantes las maneras de la cultura digital a través de propuestas que, insertas en la cultura escolar, permitan el acceso a las mismas.
Pero, ¿cómo hacerlo?
Los entornos personales de aprendizaje
El Entorno Personal de Aprendizaje es un conjunto de herramientas, fuentes de información, conexiones y actividades que cada persona utiliza en forma asidua para aprender.
(Adell y Castañeda, 2010)
Un Entorno Personal de Aprendizaje es un entorno constituido por diferentes herramientas de comunicación que permite crear una escenografía comunicativa y formativa personal de un sujeto, a partir del cual podrá, en función de sus intereses y necesidades potenciar tanto un aprendizaje formal como informal, descentralizado de los principios rígidos que moviliza una institución formativa, abierto con el entorno y las personas y controlado por el individuo. Es decir, que potencia un aprendizaje auto-organizado por el individuo, en función de las posibilidades que le brinda el contexto y de acuerdo a su edad. También consideramos como entorno de aprendizaje al conjunto de personas de las que aprendemos, intercambiamos y compartimos información y experiencias online.
Los PLE se construyen combinando y ensamblando aplicaciones, servicios y herramientas digitales de la web 2.0, siendo internet la plataforma en la que se trabaja. El espacio resultante es abierto, flexible, y modular. Permite al alumno intervenir tanto en el diseño como en la organización, dando sentido personal a la gran cantidad de información que circula.
En el PLE el alumno puede dirigir su propio aprendizaje y establecer sus objetivos. El foco está puesto en las conexiones que se establecen con pares, amigos, colegas, críticos y expertos. Es decir, que implica un trabajo personal que incluye las voces de los otros, posibilitando la interacción y la comunicación para contextualizar el aprendizaje y participar activamente en la construcción de nuevos conocimientos.
De esta manera, el alumno asume un rol activo en la organización de su propio aprendizaje, desarrolla habilidades metacognitivas, trabaja de manera autónoma y comprometida, participando en procesos de decisión constante. Se convierte en protagonista del proceso de creación del PLE como espacio digital que le facilita buscar, filtrar, organizar, sintetizar, priorizar información y compartir la experiencia con la comunidad. La actividad cognitiva se distribuye en la mente, entre las personas, en los entornos simbólicos y físicos, naturales y artificiales y en el uso de artefactos diseñados que median y estructuran nuestra actividad.
El usuario diseña su propio espacio para acceder a información, verificarla, almacenarla y clasificarla. Es consciente de la presencia de otros en la web y su acción enriquece el contexto online asumiendo diferentes roles. El énfasis no es el consumo de información sino la construcción compartida y la creación.
Los entornos Personales de Aprendizaje en un aula heterogénea
Los PLE son ideales para trabajar dentro del enfoque de AULAS HETEROGÉNEAS porque contribuyen a que cada alumno fije sus propios objetivos, regule y gestione su propio aprendizaje y nos permite:
- Aprender sobre cualquier tema que nos interese, y además hacerlo al ritmo que se adapte a nuestras necesidades,
- Desarrollar nuestras competencias y seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida,
- Participar en redes sociales profesionales y en comunidades prácticas,
- Convertirnos en consumidores y productores de conocimiento libre y abierto,
- Desarrollar competencias para el aprendizaje colaborativo.
A modo de conclusión
Uno de los grandes desafíos que enfrentan las escuelas hoy, es reconocer la diversidad inherente al ser humano y considerar las diferentes formas de aprender de los alumnos para ofrecerles una variedad de desempeños, recursos y estrategias que les permitan avanzar en sus procesos de aprendizaje y a la vez, conocerse mejor como estudiantes.
Trabajar con habilidades metacognitivas, identificar cuáles son sus intereses y fortalezas y de qué manera se sienten más cómodos aprendiendo, los prepara para hacer mejores elecciones estimulando el desarrollo de la autonomía.
Es necesario reconocer la diversidad de opciones para decidir qué herramientas, usos y combinaciones son mejores según el contexto, el contenido y los objetivos que se persiguen, las competencias tecnológicas y los tiempos disponibles. Las tecnologías apoyan la mejora continua de la calidad educativa, pero solo se podrá llevar adelante este objetivo si se produce un cambio en las prácticas docentes. Tal como plantea Florio (2013), también se puede considerar a las TIC como una innovación disruptiva, ya que en cierta medida “obligan” al cambio de las prácticas educativas, de los proyectos institucionales, de las escuelas y de las políticas educativas.
Un PLE compromete tres procesos cognitivos básicos: leer y acceder a la información, hacer y reflexionar a partir de la información y compartir interactuando con otros de quienes y con quienes aprendemos. Los entornos personales de aprendizaje están diseñados según los objetivos de cada usuario y permiten el aprendizaje autodirigido y grupal, de forma flexible y personalizada. Los estudiantes se colocan en el centro y adquieren un papel activo en su proceso de aprendizaje. Les dan la posibilidad de integrar aplicaciones innovadoras que priorizan el rol del alumno en el proceso de aprendizaje en entornos virtuales, expandiendo su capacidad para acceder, crear y publicar contenido, asumiendo una responsabilidad compartida y estableciendo relaciones entre producciones propias, e interpelando el conocimiento de manera colaborativa.
Al mismo tiempo que se construye el PLE, cada persona debe desarrollar una mayor y mejor conciencia de su propia identidad personal, profesional/o escolar. Desarrollar un Entorno Personal de Aprendizaje propio, así como estimular en sus alumnos la construcción del PLE de cada uno, debería formar parte de la agenda del docente. En el mundo complejo, cambiante e incierto en el que vivimos hoy, qué mejor que dejarles a nuestros alumnos la posibilidad no solo de seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida, sino de construir y estar dispuestos a enriquecer permanentemente los entornos personales que les permitan aprender con otros.
Formar a los alumnos para que sean creadores de sus propios Entornos Personales de Aprendizaje implica que los alumnos se ubiquen en el centro, siendo protagonistas de lo que aprenden hoy y preparando el camino para lo que serán capaces de seguir aprendiendo durante toda su vida. ¿No es eso lo que venimos buscando a través de las nuevas corrientes educativas?
Sabemos que la tecnología por sí sola no revoluciona la educación. La inclusión genuina de la tecnología va de la mano de una enseñanza poderosa que implica una práctica docente aggiornada, compleja, reflexiva y genera aprendizajes valiosos y perdurables. “Entiendo que apasionarse y emocionarse refleja ni más ni menos que el docente está involucrado y que no le da lo mismo dar clase (…) la enseñanza me conmueve y espero que lo mismo les suceda a mis alumnos de los que espero que se vayan de la clase pensando y sintiendo” (Maggio: 2012). Una enseñanza actual, original y que ayuda a pensar en perspectiva deja marcas que perduran.
BIBLIOGRAFÍA
- Adell Segura, J y Castañeda Quintero, L. (2010) “Los Entornos Personales de Aprendizaje (PLEs): una nueva manera de entender el aprendizaje”. En Roig Vila, R. & Fiorucci, M (Eds.) Claves para la investigación en innovación y calidad educativas. La integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y la Interculturalidad en las aulas. Stumenti di ricerca per l’innovaziones e la qualità in ámbito educativo. La Tecnologie dell’informazione e della Comunicaziones e L’interculturalità nella scuola. Alcoy: Marfil-Roma TRE Universia degli studi
- Anijovich, R., Malbergier, M. y Sigal, C. (2007). Una introducción a la enseñanza para la diversidad. Fondo de Cultura Económica. (Capítulo: Puesta en práctica de la Diversidad: proyectos y consignas)
- Anijovich, R. (2014) Gestionar una escuela con aulas heterogéneas. Paidós. (Capítulo 2: El diseño de la enseñanza en aulas heterogéneas)
- Bates, T. (2010). Understanding Web 2.0 and its implications for e learning” en Lee, M.J.W, y Mc Loughlin, C. (ed.) Web 2.0-based e-learning: Applying Social Informatics for Tertiary Teaching. USA: IGI Global.
- Florio, M.P. (2013). “Estrategias de Tutoría para la interacción en entornos virtuales”, en Escenarios educativos con tecnología. 1ª ed. Dentro del Programa Virtual de Formación Docente del Centro de Innovación en Tecnología y Pedagogía (CITEP) de la Secretaría de Asuntos Académicos del Rectorado de la Universidad de Buenos Aires.
- Merieu P. (1989) en Merieu P. (1998) Frankestein Educador. (P.76) Barcelona: Ed Leartes
- Merieu P. (2007) Es responsabilidad del educador provocar el deseo de aprender. En Cuadernos de Pedagogía.373. Noviembre 2007.
- Salomón, G. (Comp) (1993). Cogniciones distribuidas. Consideraciones Psicológicas y Educativas. Buenos Aires: Amorrortu.
- Tomlinson, C. A. (2000). Differentiation of instruction in the elementary grades. ERIC
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- Educar. El portal educativo del Estado argentino. Entornos personales de aprendizaje (PLE)
- http://portal.educ.ar/debates/educacionytic/inclusion-digital/entornos-personales-de-aprendi.php
- Adell , J. (2012). PLE https://www.youtube.com/watch?v=blzYQlj63Cc