Edición 36Invitado especial

¿Estamos educando a los jóvenes para que sean cuidadores de la Casa Común? 1

Situaciones que, además de generar dolor y solidaridad, deben motivar la reflexión y, por ende, nuevos estilos de vida entre las comunidades rurales y urbanas promovidos desde el ámbito formativo. De ahí que la ponencia inaugural del 28º Congreso Interamericano de Educación Católica hecha por Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, estuviera centrada en un llamado a la acción a partir de la situación actual del planeta.

Trayendo a la memoria el reciente mensaje del Papa Francisco al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, Emilce Cuda indicó a los 1.200 participantes del evento que “el punto de partida siempre es la realidad” y la tarea de la Iglesia en esta gran comunidad internacional de naciones es, en primer lugar, ser una voz profética. Luego, está su rol de llamar a “una verdadera toma de conciencia”.

Al respecto, la catedrática advirtió que en este tiempo es imposible no considerar como referencia la existencia de la guerra que, pese a desarrollarse en Europa o Medio oriente, es decir, en regiones alejadas de Latinoamérica, plantea un desafío, así como la necesidad de trabajar por instrumentos claves que permitan alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible que trazó la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 2015.

Una vida amenazada

“El Papa Francisco es muy claro, estamos viviendo una tercera guerra mundial a pedazos; tristemente, esa guerra también la estamos viviendo en las calles de América Latina y el Caribe,” afirmó Emilce Cuda. “Es ahí, donde tenemos que escuchar el llamado de la tierra y de los pobres explotados”. Se trata, en palabras de la delegada de la Santa Sede, de “las víctimas de una economía extractivista, que tiene consecuencias terribles en lo social; una guerra que, el Papa nos dice, obedece a unos intereses económicos representados, por ejemplo, en actividades como la venta de armas (…); una guerra que amenaza la vida”.

De acuerdo con Emilce Cuda, esto se combate con tres elementos fundamentales: diálogo, educación y cuidado. De hecho, afirma la investigadora, la encíclica Laudato si tiene un subtítulo que hace referencia al “cuidado de la casa común”, el cual debe ser el rol de la educación.

Para Emilce Cuda es imprescindible “educar a nuestros jóvenes para cuidar, porque quizá estamos formando profesionales en diferentes disciplinas: médicos, ingenieros o físicos, pero hemos de preguntarnos si lo hacemos para que entren en la dinámica de una economía extractivista y de explotación o si, por el contrario, estamos educando para que estos profesionales entren en la dinámica del cuidado”. Una cuestión que surge desde su misión en la Santa Sede y que plantea uno de los aspectos de mayor importancia desde el quehacer de maestros y rectores; es decir, desde cómo lograrlo o traducirlo a la realidad de la Iglesia católica.

En este sentido, Emilce Cuda recuerda que el Papa Francisco afirma en documentos como la constitución apostólica Praedicate Evangelium que el camino es “tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo”, lo que para la escuela católica implica ir un paso adelante.

“Vamos a los jóvenes, aquellos futuros universitarios, esta es la responsabilidad de todos los educadores en los sectores primarios y secundarios,” afirma Cuda, porque considera necesario tomar conciencia para que “nuestros planes de estudio estén atravesados por toda una pastoral. Todas las materias y todas las disciplinas tienen que estar atravesadas por el cuidado de la creación”, señala.

Lo anterior es el mensaje del Papa Francisco, en sintonía con la Agenda 2030 de la ONU. No podemos olvidar la advertencia según la cual, de no llevar adelante los ODS, peligra la vida del planeta: “urge poner en el centro la persona trabajadora, la persona humana y a todos los jóvenes y niños de nuestro planeta”, concluye.

Un camino que para los educadores se convierte en una invitación a descubrir y valorar el magisterio social de la Iglesia, que a través del Papa Francisco nos lleva a detenernos para responder desde la vocación a la enseñanza que propone Emilce Cuda: “¿quién llama?, ¿por qué es urgente?, ¿cuáles son las acciones que debemos promover?”. Es posible que las respuestas pasen por la consideración de los derechos de los descartados de este tiempo, y por el empoderamiento que solo puede garantizar la educación. RM

Emilce Cuda

Primera mujer Secretaria de la Oficina de la Comisión Pontificia para América Latina del Vaticano. Además, es Doctora en teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina y cuenta con grados de Bachelor y Magíster en Teología Moral Social.

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