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Una didáctica para la construcción de paz

El contenido de este artículo es un desarrollo de contenidos producidos por Corpovisionarios, agradecemos que cualquier reproducción de los mismos sean debidamente citados.

“¿Qué es una didáctica para construcción de paz?” “¿Para quienes son?”, Eduardo Ignacio Gómez, investigador de Corpovisionarios, escribe de nuevo para los lectores de Ruta Maestra sobre las diferentes acciones pedagógicas que se pueden realizar en el aula de clase para construir un entorno de paz a través de una didáctica. No te pierdas este importante artículo.


Introducción

En una anterior publicación nos referimos a algunos aspectos puntuales que deberían tenerse en cuenta para constituir una Pedagogía que permita la consolidación de una cultura de paz 1 , en ella destacábamos temas como pensar mejor de los demás, aceptar nuevas masculinidades y feminidades, entrenamiento en formas no violentas para la resolución de problemas y conflictos y educación emocional. Como es de esperarse, una propuesta de este estilo debe venir acompañada de formas didácticas especiales, formas inspiradas en la consolidación de ambientes pedagógicos que permitan no solamente el aprendizaje racional de los “contenidos”, sino la vivencia cotidiana en un ambiente de construcción continúa de paz.

La didáctica es una disciplina pedagógica y científica que busca establecer, desde una perspectiva teórica y metodológica, los métodos de enseñanza y las técnicas propicias para llevar a cabo las pautas de una pedagogía particular. En este sentido, la didáctica debe ser entendida como un aspecto esencial de la puesta en escena de la pedagogía, las didácticas son las formas concretas que esa pedagogía adquiere para poder lograr que sus objetivos se cumplan; no olvidemos que cada pedagogía tiene sus propios objetivos, sus propias ideas de ser humano, sus propias ideas de sociedad y sus propias ideas del papel de la educación en esa sociedad. Para cada apuesta pedagógica hay una didáctica, la cual reclama unas técnicas que están en concordancia con los principios propuestos por la primera.

¿Es la didáctica una disciplina de segundo orden con respecto a la pedagogía? En principio, debemos recordar que la pedagogía la habíamos caracterizado como una dimensión cultural, es decir como uno de los elementos más importantes de la cultura, que permite la reproducción (y la producción) cultural. Todo el tiempo estamos aprendiendo cosas nuevas, todo el tiempo estamos (re) inventando el mundo social, todo el tiempo estamos enseñando a los otros nuestro mundo (el cual es necesariamente cultural). La Pedagogía se hace presente en cada momento en el cual nos preguntan una dirección, o cuando le indicamos a alguien cómo se usan las tarjetas del transporte público, o cómo se debe caminar para no hundirnos en una orilla de un río. Y aunque no nos damos cuenta, en cada una de esas acciones, esencialmente pedagógicas, desplegamos un enorme repertorio de acciones didácticas, buscando que la otra persona entienda lo que nosotros queremos comunicarle. En la dimensión pedagógica y en la disciplina didáctica descansa buena parte de la reproducción (y recreación) de la cultura y del mantenimiento de nuestras particularidades que son, propiamente hablando, culturales.

1. ¿Qué es una didáctica para la construcción de paz?

En principio, las técnicas didácticas que se deben utilizar para la construcción de paz deben excluir el uso de la violencia como forma de reproducción de los distintos contenidos que hacen parte de los currículos escolares y universitarios. Esto implica que las formas didácticas, al igual que las premisas pedagógicas, no pueden estar aisladas del contexto social cotidiano que se construye en las escuelas y en las universidades. Dicho contexto debe ser coherente y consecuente con los contenidos que se están impartiendo. Un ejemplo de esto pueden ser los temas que tienen que ver con la democracia: hablar de democracia en los salones de clase, leer acerca de los poderes públicos, discutir sobre los derechos y las responsabilidades ciudadanas, pueden ser formas didácticas que permitan a los asistentes a los cursos entender los principios básicos sobre los que se construye la democracia; pero sí el ambiente en el que viven estas personas no es democrático, sí en la institución escolar el principio político de convivencia no es democrático, entonces toda esa información sobre la democracia se presenta como un ideal, como un sueño que es inalcanzable.

Así como la democracia debe vivirse desde la cotidianidad, la cultura para la paz debe ser una constante en la vida diaria de todos los miembros de la sociedad.

Así como la democracia debe vivirse desde la cotidianidad (no solo de la escuela, sino que debería ser vivenciada en todos los momentos de la vida), la cultura para la paz debe ser una constante en la vida diaria de todos los miembros de la sociedad. En este sentido, las instituciones escolares se presentan como lugares privilegiados de la socialización de los ciudadanos más jóvenes, ambientes propicios para que temas como la diversidad sexual o étnica; las resoluciones pacificas, consensuadas y procedimentales de problemas o conflictos; la formación de opiniones acerca de los demás, opiniones que les hagan justicia y que me permitan ver que son seres humanos tan valiosos como yo mismo, entre otros, puedan ser experimentados en todos los momentos y en todos los lugares, contrarrestando la influencia negativa que representan algunas vivencias en sus hogares o en sus otros entornos de socialización.

De esta manera, una didáctica para la construcción de paz debe hacer una diferenciación consciente entre los estímulos y los aprendizajes (de contenidos racionales, pero especialmente de vivencias emocionales) que el entorno social propone a los integrantes de la comunidad educativa 2 , y los contenidos y las vivencias que propone la institución educativa. Es necesario un esfuerzo sostenido, constante, a contracorriente algunas veces, que puede parecer ingenuo, que va a ser atacado por “no preparar a los jóvenes para el mundo real”, y que seguramente no querrá ser entendido por muchos; un esfuerzo para lograr que los niveles de confianza en los demás aumenten, en lograr que los acuerdos de buena calidad 3 sean parte de las soluciones de los problemas y conflictos, en alcanzar confianza en las autoridades y mediadores, en respetar a los demás.

En este sentido, la didáctica para construcción de una cultura de paz debe contener acuerdos sobre los procedimientos que se van a realizar cada vez que se presenten desacuerdos, en quién es la autoridad o el mediador que puede intervenir, en respetar (sin distingo de edad, sexo, religión u otro elemento identitario) la voz de los otros. Una didáctica para la construcción de paz debe entenderse como un elemento profundamente transformador de los seres humanos que alcanza, mediante técnicas que permiten que la voz de todos sea escuchada, mediante acciones democráticas en todas las etapas de formación.

2. ¿Para quiénes es la didáctica para la construcción de paz?

Como ya se ha dicho en este mismo texto, pero también se había advertido en el texto sobre pedagogía para la paz, la construcción de paz es un esfuerzo colectivo, que atañe a todos los miembros de la sociedad. En principio, la didáctica para la construcción de paz es para todos los ciudadanos. Sin embargo, es claro que debe comenzar a aparecer en algún lugar del mundo social, y creo que el lugar más privilegiado para esto son las instituciones educativas. No es la primera vez que una responsabilidad de este tipo se instala en estas instituciones, después de la primera Revolución francesa, una de los temas más importantes tuvieron que ver con la transformación de la sociedad francesa de una sociedad cortesana a una sociedad democrática, para casi todos los miembros de la I República Francesa, hijos del siglo de las luces (es decir iluminados por la razón), fue claro que la educación pública (representada especialmente por la escuela) debía ser el lugar en el cual los ciudadanos debían recibir esta formación. A las instituciones educativas se les encomendó el trabajo verdaderamente revolucionario: lograr que los franceses se convirtieran de súbditos a ciudadanos.

Las razones por las cuales las instituciones educativas colombianas deberían ser las abanderadas de este cambio, son análogas a las que tuvieron los revolucionarios franceses: es necesario transformar la sociedad colombiana, es necesario que nuestras costumbres (fuertemente arraigadas en prototipos de hombres y mujeres violentos) se conviertan en favorecedoras de hombres y mujeres comprometidos con el respeto por la vida y las formas pacificas de coexistencia.

Y la transformación debe ser de toda la comunidad educativa, una didáctica para la paz tiene que construir escenarios participativos para toda la comunidad de la institución educativa, desde los directivos y educadores, hasta los vecinos que conviven con los miembros de la misma: la señora de la tienda que vende la gaseosa y las empanadas, el señor de la fotocopiadora de la esquina, el vecino que alcanza los balones cuando estos traspasan los limites de la institución, incluso aquel que vende paletas a la salida del colegio. Evidentemente el centro de este esfuerzo de cambio y transformación son los niños y jóvenes que conforman la razón de ser de la institución educativa, ellos serán los grandes transformadores de la sociedad, en ellos operará la revolución del cambio hacía una sociedad más pacifica y más justa.

Las acciones didácticas son entonces de todos los tamaños, desde las normas mismas que operan dentro de un salón de clase, hasta la acción de comprar un alimento o una bebida en los descansos. Las acciones didácticas se comprenden desde las lógicas de los compromisos pedagógicos, y cuando un miembro de la comunidad educativa entiende estos compromisos, podrá convertirse en el primer veedor del cumplimiento de los mismos.

3. Algunos ejemplos de acciones pedagógicas

Es claro que la didáctica descansa sobre el diseño y la ejecución de acciones de cambio comportamental, estas acciones deben entregar herramientas prácticas para la comprensión, la adopción y la puesta en la escena social de los elementos de la pedagogía para una cultura de paz. A continuación presentaré un ejemplo de un procedimiento didáctico que puede desarrollarse en las instituciones educativas, desarrolla tres temas importantes de la pedagogía para la paz: confianza, respeto y acuerdos.

Lúdica como forma didáctica

Una de las formas más importantes que la didáctica adopta es la del juego, mediante el juego los seres humanos podemos experimentar, en un ambiente seguro, actividades que nos preparan para cuando “en la vida real” nos toque actuar. Los juegos, como “en la vida real”, tienen reglas que acordamos de antemano, también tienen un objetivo o propósito claro, además permite espacios creativos, y también presenta conflictos y problemas asociados a incumplimiento de las reglas o a acciones que no están claramente delimitadas en ellas, como “en la vida real”.

Desafortunadamente en nuestro sistema educativo el juego va desapareciendo como ayuda didáctica a medida que vamos avanzando. Para cuando nuestros alumnos llegan al último grado escolar, en la generalidad de los casos, el juego es un recuerdo que pocos se atreven a rememorar. Afortunadamente hay excepciones en esta generalidad.

Una de las formas más importantes que la didáctica adopta es la del juego, mediante el juego los seres humanos podemos experimentar, en un ambiente seguro, actividades que nos preparan para cuando ‘en la vida real’ nos toque actuar”.

La acción que describiré a continuación recurre precisamente a la lúdica para desarrollar algunos de los contenidos de la pedagogía para una cultura de paz:

Porque en ti confío

Objetivos

* Pedagógico: Permitir a los participantes crear confianza y respeto por medio de una didáctica soportada sobre la lúdica.

* Didáctico: Desarrollar una proceso lúdico para incorporar los elementos pedagógicos de confianza y respeto.

* De la acción: Conducir a una persona, a la que previamente se la han tapado los ojos, para que recorra tres estaciones en las que debe realizar algunas actividades. El guía debe utilizar únicamente la lista de comandos proporcionada y realizar las actividades allí sugeridas, todo sin tener contacto físico entre ellos.

Roles

* Director de juegos: Será quien dirija todo el juego y velará por el acatamiento de las reglas y la seguridad de todos los jugadores.

* El guía: será el encargado de conducir al ciego a lo largo del circuito.

* El ciego: utilizará una venda para cubrir sus ojos, seguirá las instrucciones que el guía le indique.

* El guía llevará al ciego por una malla dibujada en el suelo con cinta de enmascarar, la cual no puede pisar.

* El guía conducirá al ciego a la estación tres.

* El ciego posará, según las indicaciones verbales del guía, como un modelo de estatua previamente escogido y que el ciego no conoce.

* Al final se contarán los puntos negativos recogidos por los supervisores, el dúo que menos puntos tengan, ganarán el juego.

Los supervisores: verificarán la realización de las actividades según las instrucciones, no pueden intervenir en el desarrollo del circuito ni física ni verbalmente, solo pueden hacerlo en caso de que corra algún riesgo la integridad física del ciego. Los supervisores tendrán unas tarjetas de puntos (que puede un pedazo de hoja), en la cual irán anotando las faltas que cometa el equipo que supervisan.

Instrucciones

Se realizan grupos de 4 personas

* 1 persona será el guía, 1 persona será el ciego, 2 personas serán los supervisores.

* Los supervisores realizarán su trabajo con otro grupo, desde el principio deben escoger los grupos que supervisarán.

* Los supervisores deben estar atentos a las violaciones de las reglas acordadas, una vez que esto ocurra anotarán en su tarjeta las faltas cometidas. Cada grupo debe tener dos supervisores provenientes de grupos diferentes, al final se sumaran las dos libretas y se sacará un promedio de las faltas anotadas.

* El guía lo conducirá a la primera estación utilizando únicamente la lista de comandos.

* El ciego realizara con las indicaciones del guía una copia de una forma geométrica predefinida que el ciego no conoce.

* El ciego será conducido a la estación dos.

* Reflexión final.

Reglas

a. El ciego no debe quitarse de ninguna manera la venda de los ojos.

b. Sí el guía utiliza palabras que no están en la lista de comandos entregada al principio cometerá una falta.

c. Sí el ciego pisa las líneas de la malla dibujada en el piso, cometerá una falta.

d. Sí el guía toca al ciego de alguna manera, cometerá una falta.

e. Sí el guía conduce deliberadamente al ciego a estrellarse con algo o busca que se haga daño, cometerá una falta que debe ser contabilizada como tres puntos.

LISTA DE COMANDOS

  • Levantarse
  • Extender los brazos a los lados
  • Extender los brazos al frente
  • Girar a la izquierda
  • Girar a la derecha
  • Pare
  • Siga
  • De tres vueltas de izquierda a derecha
  • De tres vueltas de derecha a izquierda
  • Agáchese
  • Agarre
    Nota: Cumpla todos los comandos sin importar el orden”

Reflexiones

Este juego está diseñado sobre la idea de propiciar un espacio de fortalecimiento de la confianza en el otro (el ciego es dependiente del guía, pero a su vez son corresponsables de su seguridad los supervisores y el director de juegos), pero también se trabaja la construcción de acuerdos y el cumplimiento de los mismos.

El fortalecimiento de la confianza entre los pares permite que la relación entre ellos se fortalezca, hay un cambio cualitativo en la forma como se construye la opinión de los otros cuando las relaciones de poder quedan inscritas en acciones de las que todos somos corresponsables y de las que depende la seguridad de una persona. El respeto 4, base insoslayable de la confianza, se consolida desde una nueva mirada del otro en ambientes que propician evidentes estados de vulnerabilidad de alguna o de todas las partes.

El cumplimiento de reglas también trabaja el tema de los acuerdos. Por principio toda norma, ley y regla es un acuerdo, el cual toma diferentes caracteres según la autoridad de la que emanan y el alcance de las mismas. Al principio del juego el Director de juegos debe hacer una ceremonia ritual en la que los jugadores se comprometen a cumplir con las reglas, sin lugar a dudas en el desarrollo del juego se deberán romper algunas, especialmente porque la lista de comandos es incompleta para alcanzar los objetivos de cada una de las estaciones de juegos. La reflexión debe conducirse sobre la importancia de cumplir con las reglas, el carácter imperfecto de las normas y acuerdos, y la importancia de la voluntad para el cumplimento del espíritu de la normatividad y de los acuerdos.

Para terminar

El juego descrito solo es un ejemplo de acciones y actividades que pueden desarrollarse en las aulas de clase, es sorprendente el poder del juego y de la lúdica en general para permitir que las personas se hagan cargo de roles que en otros contextos podrían considerar como indignos, peligrosos o poco atractivos. El juego, al igual que el teatro y otras formas artísticas, permite poner en suspenso algunos prejuicios que sirven de justificaciones para el uso de la violencia, permite ponerse momentáneamente en el lugar de otro, permite entender la vulnerabilidad de estar en ciertas posiciones, permite reflexionar y acercar mundos que pueden parecer inconmensurables en otros espacios sociales.

La lúdica es una forma muy poderosa de la pedagogía y de la didáctica, al fin y al cabo jugando es como aprendemos en nuestros primeros años, y nuestros cerebros agradecen esos momentos de esparcimiento. La respuesta de ver adultos y jóvenes jugando es indescriptible, la emoción y la curiosidad por lo que se va a realizar, incluso aquellos que toman actitudes de alejamiento y displicencia por estas actividades pueden ser cautivados con un buen diseño.

Por supuesto que la lúdica no es la única forma que la pedagogía para una cultura de paz puede adquirir: el uso de redes sociales, la conformación de redes de apoyo con personas e instituciones que promuevan comportamientos democráticos y participativos, la presentación de contenidos audiovisuales y de lecturas que demuestren cómo algunas actividades y comportamientos no violentos, que realizan estos jóvenes y niños, tienen correlatos culturales en otros lugares del mundo, y que son muy valorados por su capacidad de permitir la emergencia de formas de socialización no violentas. Encontrar que algunas de esas ideas sobre valorar al otro, sobre proteger el medioambiente, sobre creer que es posible un mejor futuro, no son exclusivas de personas condenadas en nuestra sociedad, sino que hacen parte de un movimiento social que busca vivir en paz.

Referencias
1. Gómez Carrillo, Eduardo Ignacio. Reflexiones para una pedagogía de la paz. Ruta Maestra; Edición 13, Págs. 65–70. www. santillana.com.co/rutamaestra

2. Recordemos que en el documento sobre pedagogía habíamos propuesto una visión ampliada de la comunidad educativa: no sé trata solo de los alumnos, docentes y padres de familia; también debemos incluir a los trabajadores administrativos de las instituciones, a los trabajadores de servicios generales, a los vendedores ambulantes y de las tiendas escolares, a los vecinos de los colegios, y a tantas personas como puedan estar influyendo en los procesos de formación de los estudiantes. Ibídem.

3. Para que un acuerdo sea de buena calidad debe ser: a) voluntario por todas las partes; b) entendido por todas las partes; y c) cumplidos por todas las partes.
4 En los talleres adelantados por el profesor Antanas Mockus en Corpovisionarios, él rescató el origen etimológico de la palabra respeto: su etimología proviene de los vocablos latinos re–spectrum; la raíz re quiere decir repetir volver a; mientras que spectrum es derivado de specere, mirar. Por lo tanto, literalmente respeto quiere decir ́volver a mirar’. Aprender a tener una segunda mirada sobre aquellos imaginarios, prejuicios, concepciones y costumbres que por cotidianas poco se evalúan. Dar inicio a una nueva iniciativa de cambio cultural en relación con el valor de la vida.

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